“El ejercicio de la arquitectura es la más deliciosa de las labores. Es también junto con la agricultura, la más necesaria para el hombre.”
–Arq. Philip Johnson, premio Pritzker 1979
Definitivamente la arquitectura ha tenido uno de los papeles más importantes en la historia de la humanidad. Si en algún momento de nuestras vidas tratamos de recordar un evento histórico o algún acontecimiento importante, es casi imposible que no lo relacionemos con un edificio, un templo o un monumento. Utópicamente la arquitectura tiende a generar espacios funcionales y bellos que responden a las necesidades de la humanidad a lo largo del tiempo, desde el hogar de una familia hasta las grandes ciudades metropolitanas. Hago énfasis en la parte utópica de esta función, ya que el mundo no está hecho únicamente de arquitectura; hay cientos de factores importantes, unos incluso de mucho mayor peso que también inciden en la generación de espacios habitables y transitables a lo largo de la historia. Pero eso es tema de otra columna.
Hoy primero de octubre, estamos de manteles largos ya que en México se celebra el Día Nacional del Arquitecto. Es el día en que se refuerza la importancia y el impacto de todos los que nos atrevemos a aportarle algo a nuestras ciudades, a nuestros hogares, a la historia misma de la gente. Pero ¿por qué se celebra justamente el primero de octubre? Esto no pasaba antes, seguramente tienen mucho más presente el día de la Santa Cruz que se celebra el 3 de mayo como el día de la construcción en general, popularmente nombrado como “El día del albañil” que ya de paso se aprovechaba para celebrar a los arquitectos e ingenieros civiles.
Fue en 1985 cuando la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas decidió instituir el primer lunes de octubre como el día internacional del Hábitat, para fomentar la reflexión hacia la situación de nuestras ciudades y el impacto en la habitabilidad de la humanidad. Unos años después en 1996 la Unión Internacional de Arquitectura (UIA) aprovecha la fecha para añadir que también el primer lunes de octubre se celebre el Día Mundial de la Arquitectura. Fue hasta el año 2004 cuando el entonces presidente Vicente Fox instituyó que el primero de octubre se celebrara el día Nacional del Arquitecto.
Es una poética coincidencia que se vayan enlazando los eslabones de lo general a lo particular, en donde se reconozca la importancia de nuestro actuar como habitantes de las ciudades en las que vivimos y que de la mano se esté celebrando a los principales actores y detonantes del cambio en la habitabilidad de las urbes. Es muy grato recordar el momento en donde más arquitectos nos hemos sentido y eso es justamente la universidad. Es ahí, donde no influyen factores políticos, económicos, intereses personales de las grandes esferas del poder y uno puede darle vuelo a la imaginación para resolver los múltiples problemas que tienen las sociedades, las ciudades, las comunidades; para que puedan tener una mejor relación en el espacio. Es en la universidad en donde todos los estudiantes de esta ciencia sienten lo mismo que sienten las grandes mentes de la arquitectura moderna, los titanes ganadores del premio más codiciado del ramo: el premio Pritzker.
En una época de cambios tan repentinos, de adaptaciones aceleradas en las necesidades de la humanidad, nunca se habían tenido tantos actores tan representativos en sus diferentes zonas y contextos que le dieran solución a las necesidades espaciales de la gente. Y tal vez parezca coincidencia, pero en pleno siglo XXI que tiende a ser el siglo de la revolución femenina, es justamente una arquitecta, la que más influencia ha tenido en las nuevas tendencias de la arquitectura y la construcción: Zaha Hadid, la primera mujer en ganar un premio Pritzker en 2004 tenía una forma revolucionaria de ver los espacios y asumir las relaciones desde una perspectiva mucho más humana. Su filosofía se puede resumir en una de sus citas más famosas:
“La arquitectura trata realmente sobre el bienestar. Creo que la gente quiere sentirse bien en un espacio… por un lado se trata de refugio, pero también se trata de placer”
La visión del arquitecto siempre ha sido hacia la humanidad. En las diferentes épocas, desde diferentes perspectivas, pero es una de las pocas diciplinas en donde la humanidad siempre está en el centro del problema y la solución del espacio. Como dijo el arquitecto noruego Kjetil Trædal Thorsen: “La arquitectura no existe sin personas”. Somos las personas las que les damos vida a los edificios y en contraposición son los edificios los que le dan sentido a nuestras vidas. Es imposible contar el recuerdo más querido que tienes sin poder referenciarlo con un lugar. Justo en estos tiempos de la fotografía digital, es cuasi seguro que te encuentres en tu Instagram o Facebook una foto que hizo un conocido sobre un paisaje. La buena arquitectura existe para quitarnos el aliento y volvérnoslo a dar.
Hoy que es día del arquitecto te invito a que reflexiones sobre tus mejores memorias, la casa en donde creciste, la escuela en donde conociste a tus mejores amigos, el parque en donde te dieron tu primer beso, el templo en donde volviste a creer en el amor. Todos tus recuerdos están acompañados de arquitectura que tal vez no sea la más monumental o bella, y no tiene que serlo mientras te haga feliz a ti mismo.
Si eres arquitecto, cierra los ojos y recuerda la cara de asombro de tu primer cliente al ver la casa de sus sueños hecha realidad. Ayuda a que más gente tenga esa satisfacción y que más arquitectos hagan buena arquitectura, de la que hace feliz al que la habita; si no eres arquitecto, seguro tienes a uno muy cercano, reconoce su pasión, su labor profesional y ayúdalo a cumplir ese anhelo con el que nos graduamos de la escuela de arquitectura: construir tus sueños.
Feliz día, colegas arquitectos
Facebook: Troquel Arquitectura
Instagram: @troquel_arq
