¡Vamos pastores vamos, vamos a Belen!

Criterios Jaime A. Romano

Bien lo dice la canción “Hemos puesto un nacimiento, en un rincón de mi casa, con pastores y pastoras…”, y es que una de las tradiciones favoritas de los hogares Católicos de México es la de poner un nacimiento.  

Desde que la tradición comenzó; como lo comenté con anterioridad, con San Francisco de Asís en Italia y la cuál se trajo por parte de los frailes Franciscanos a México en la época de la Conquista; México adoptó e hizo suya la misma, para producir montajes de nacimientos que impresionan a propios y extraños. 

Y es en esta época, en la que los mercados se llenan de figuras para armar el nacimiento, quienes siguen la tradición comprarán primero el denominado “Misterio”, esto es el trío de personajes compuesto por San José, La Virgen María y el niño Jesús (el cuál, de manera tradicional, debe ser de un tamaño mayor y no proporcional a sus padres, con el propósito de significar la importancia de su personalidad). De ahí queda a libertad el crecimiento de la colección, hay quienes lo complementan con los reyes magos, ya sea que vayan sobre sus animales o que se encuentren en posición de adoración; también hay quienes adquieren ángeles que anuncian a los pastores el nacimiento de Jesús o que custodian al misterio; también se puede adquirir al buey y la mula, quienes según la tradición fueron testigos del nacimiento de Jesús.  

Y quizás donde los Mexicanos expresamos nuestra identidad es en la adquisición de quienes van a llegar adorar: sí, los pastores. Y es cuando nuestros artesanos expresan el sentimiento de pertenencia a una tradición más y, la hacen nuestra, no solamente siguiendo el modelo traído por la tradición europea de pastores que tienen turbantes o vestimentas ajenas, si no que vemos pastores con sarapes, mujeres que están haciendo tortillas o lavando en el río, vestidos a la usanza de las diferentes regiones del país (bueno hay quienes hasta a los luchadores ponen en el nacimiento); de igual manera poblamos nuestros nacimientos de borregos, gallos, guajolotes, corrales de cerdos y los más elaborados les incluyen ríos y lagunas con caudales que funcionan con motor y fuentes.  

Todo decorado con las clásicas luces navideñas (las abuelas quizás conservan esas series de piñas que eran un peligro cuando de pequeño andábamos descalzos), un portal de Belén quizás de troncos y cortezas y los controversiales heno y musgo (la Secretaría del Medio Ambiente ha hecho un llamado a evitar la compra de estos, ya que al obtenerlos de los bosques de manera descontrolada se propicia la destrucción de los ecosistemas).  

Así es como se completaría el armado tradicional del nacimiento, claro que aquí en Puebla tenemos a unos pocos kilómetros la cuna de artesanos de nacimientos Poblanos, Amozoc de Mota, donde podemos adquirir de manera directa todas las figuras que necesitamos para montar esta tradicional exhibición Navideña en casa.  

Igualmente tradicional, es que posterior a la posada a celebrarse el día 24 de Diciembre, se arrulle la figura del Niño y se coloque en el Nacimiento (si es colocado por una persona que no vive en la casa donde está el nacimiento, esa persona es el padrino del Niño y por tradición es quien debe dar los aguinaldos ese día); en donde permanecerá hasta el día 2 de Febrero, donde la tradición marca se levanta el nacimiento y se presenta en el templo al Niño. 

Así que este día 24 toca celebrar no sólo la última posada, sino también a media noche, el Nacimiento del Niño Jesús. Espero que en su mesa encuentren los platillos de tradición como Buñuelos de rodilla, Chipotles rellenos, Romeritos, Ponche, Colación, Cacahuates, Galletas con Merengue y todo lo que en sus casas acostumbren comer en estas fechas.  

Les deseo muy felices fiestas, con mucha salud y alegría en sus hogares.  

jaime.aguilar@criteriodiario.com