La época navideña trae muchas cosas que nos gustan: reflexión, reuniones, comida, unión familiar, reencuentros de grandes amores, felicidad, regalos, bueno… todo esto según las películas navideñas.
La industria del entretenimiento más grande e importante del mundo no ha dejado pasar la oportunidad para también vendernos esta idea de lo perfecta y hermosa que es esta época. Aunque a muchos nos gustaría vivir algo de lo que idealmente es la Navidad, creo que muy pocos han vivido una Navidad de Hollywood.
Quiero hablar de la película: “El Regalo Prometido”, fuera de lo Hollywoodense que obvio tiene el film protagonizado por Arnold Schwarzenegger, creo que tiene todo qué ver con la Navidad real. De niña, siempre vi la película como mero entretenimiento, pero ahora, con el paso de los años y como persona adulta, tengo la chance de darle otra interpretación y de aterrizar en la realidad la odisea que es conseguir el regalo de moda más querido por todos los niños.
La sinopsís es: Howard, interpretado por Arnold Schwarzenegger es un padre de familia lleno de mucho trabajo, y al acercarse el día de Navidad le promete a su hijo compensarle todo el tiempo que no ha pasado con él, comprándole lo que más le haga ilusión, Jaime, el hijo, responde que quiere la figura de acción “Turboman”, Howard hará todo lo posible por conseguir este regalo.
¿Cuántos padres sentían o sienten ese remordimiento de no pasar el tiempo suficiente con sus hijos y a cambio compensarlo con ropa, juguetes, dinero, etc?
¿Recuerdan al personaje del cartero Myron interpretado por Sinbad? Hace todo por conseguir un “Turboman” para su hijo. La película es una ficción y no me quiero clavar de más en la profundidad de la misma, pero este personaje nos da a entender que él y su hijo no tendrán la cena más linda, la reunión familiar con la que todos soñamos, pero lo que si debe tener es el regalo con el que su hijo está ilusionado.
Al final (y espero no hacer un spoiler de una película de 1996) Schwarzenegger es confundido con el actor para interpretar a Turboman en un desfile de Navidad, por fin consigue la figura de acción para regalársela a su hijo, el niño la recibe pero decide dársela al cartero Myron para que éste se la regale a su hijo, Howard se sorprende preguntándole “¿Pensé que era lo que más querías en Navidad?”, a lo que Jaime responde “Para que quiero el juguete si tengo al verdadero Turboman en mi casa”.
En el capítulo pasado de “Popcastpop” también hablamos de los nuevos regalos que los niños piden a Santa Claus o a los Reyes Magos, los juguetes ya no se venden como antes, las tiendas de juguetes cada vez son menos y van desapareciendo, también las pocas ventas de los mismos hicieron que el programa “En Familia con Chabelo” saliera del aire, ya que los patrocinios de las empresas fueron desapareciendo poco a poco. Menciono este programa porque era un referente para ver qué es lo que ibas a pedir de Navidad. Chabelo promocionaba los juguetes en su programa y jugaba con ellos.
Es una época muy agresiva comercialmente, porque recibimos publicidad, por todas las vías, de lo que hay que consumir, tener y regalar; cuando la verdadera mágia de la Navidad es el esfuerzo que hacen y que hicieron los papás por regalarnos los juguetes que quisiéramos para hacernos felices, aunque el crédito sea de Santa Claus y sus duendes.
¿Qué le pidieron sus hijos a Santa Claus o a los Reyes Magos? ¿Juguetes, videojuegos o gadgets?
Además de las ya clásicas “Mi pobre angelito 1 y 2”, “El descanso”, “Elf”. ¿Cuál es su película Navideña favorita?
Aprovecho para felicitar a todos los lectores de Criterio Diario, les mando un abrazo muy fuerte y les deseo una navidad muy bonita, sé que será diferente, pero deseo que sea igual de especial.
Cynthia Saes.
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