Lecciones que dejó (y dejará) la elección en EE.UU.A

Criterios Pablo Aréchiga Fernández

Feliz 2021, éxito y salud para todos. 

El proceso electoral estadounidense ha dejado, y seguirá dejando, algunas lecciones importantes.

Les comparto algunas: 

1. Uno de los riesgos más grandes para los países es la polarización política e ideológica extrema, lo que ha generado guerras civiles o incluso genocidios terribles en la historia del mundo: el que haya personas que incapaces de entender  por qué el de al lado puede pensar diferente, y de reconocer que tal vez tenga un porcentaje de razón, y que esas personas diferentes merecen espacios de representación política para poder tener voz en la deliberación democrática. 

2. Una de las responsabilidades más grandes de los líderes sociales y políticos, es ver por el bien de la colectividad sobre sus intereses personales, lo que en muchos casos puede implicar asumir o aceptar las derrotas incluso si no se tiene absoluta certeza de ellas. Cárdenas y AMLO lo hicieron en 1988 y en 2006 en sus procesos electorales en los que había pruebas contundentes de fraudes electorales y canalizaron el descontento de la ciudadanía de manera pacífica, sabedores del enorme riesgo que tendría para todos los mexicanos, la existencia de protestas violentas en el país; Trump, en cambio, priorizó sus intereses personales sin pruebas contundentes, incitando a la violencia con consecuencias graves.

3. Las reglas para la democracia deben generar la mayor certeza posible a la ciudadanía de que su voto se respeta de acuerdo a las leyes, éstas deberán irse modificando y reforzando constantemente para lograrlo, incluso en un sistema electoral como el estadounidense, en el que es posible que el Presidente no resulte ser el candidato que obtuvo la mayoría de los votos, la ciudadanía debe poder confiar en que los resultados se respetan.

4. Las redes sociales son un poder fáctico y probablemente uno de los instrumentos más grandes de polarización política, dado que se trata de empresas privadas que inciden en los asuntos públicos,  el único que puede regular sus alcances es el Estado para que garanticen la libre expresión y la sana convivencia de las personas, para procurar que su uso, acceso o restricción no quede al criterio de un sólo empresario poderosísimo. En este caso, les recomiendo el documental en Netflix The Social Dilemma de Jeff Orlowski, que explica con claridad el riesgo y la falta de regulación de las redes sociales. 

Debemos tener siempre en cuenta que las instituciones y las normas que las regulan son dinámicas y evolucionan conforme lo hacen las sociedades que las conforman. Por eso la ciudadanía debe mantenerse siempre atenta, siempre analítica y siempre abonando al debate, para poder así mejorar sus sistemas de participación y de elección de gobernantes. 

Tanto para Estados Unidos, como para México y como para el resto del mundo, necesitamos más debate, más análisis, más opinión, es decir: más ciudadanía.

@pabloarechiga