El amor no existe

Angelica Lobato Torres Criterios

Ya sé, la semana pasada hablaba de amor y de cómo es hermoso. Pero para mí, el 15 de febrero es el día oficial para no creer en el amor o más bien para que celebren los que no creen el amor. Siempre existirán los que tengan el corazón roto, siempre habrá alguien no correspondido y creo que no hay nadie que se salve de ese horrible sentimiento, aún así prefiero mil veces un corazón roto fríamente a que alguien juegue con los sentimientos de la persona que lo ama. 

El desamor es algo que creo no puede explicarse, sin embargo, muchas veces le echamos la culpa a la persona que no nos corresponde o que no nos ama como esperamos que nos ame. Las historias románticas nos han dado algunas expectativas casi imposibles, incluidos los regalos millonarios, las declaraciones de amor exageradas. Si, habló de Christian Grey en “Las cincuenta sombras de Grey” que compra una empresa dueña de la editorial donde Anastasia quiere trabajar, ¿Romántico? Sí, un poco, ¿Excesivamente controlador? Sin duda. 

Libros como “¿Por qué los hombres aman a las cabronas?” De Sherry Argov, nos explican que algunos hombres (aunque puede aplicarse en el caso de algunas mujeres) buscan a personas seguras, independientes y que no se dejen mangonear. “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” de John Gray trata de explicar las diferencias entre hombres y mujeres y porque muchas veces las relaciones terminan, o ni siquiera empiezan, debido a que no entendemos esas simples diferencias. 

Hablando de literatura, no hay ejemplo más clásico de desamor que “Sensatez y Sentimientos” de Jane Austen, donde Marianne Dashwood, la hermana de la protagonista y romántica empedernida va por la vida con una fantasiosa idea del amor, en que todo va a ser perfecto, mientras el hombre que ella ama le corresponda en afecto, cosa que no sucede con su amado Willowby, que sí la corresponde pero prefiere el dinero y el estatus a vivir enamorado pero pobre, mientras tanto el Coronel Brandon la ama con locura, pero ella al estar tan perdidamente enamorada de otro, ni siquiera se da cuenta. ¿Cuántas veces no se ha repetido esa historia? Mientras tanto la protagonista, la señorita Dashwood es capaz de renunciar a su amado por buscar la felicidad de su amiga, sin importar a quién quiera él blandengue del señor Edward Ferrars. Con esta historia queda claro que no todos amamos igual y que a veces no nos damos cuenta de que el amor está enfrente de nosotros porque no es exactamente de quién y cómo nosotros estamos esperando. 

Al final yo creo que el amor existe, no es perfecto y no es como que nos demos cuenta, el amor en pareja llega en el momento más inesperado y a veces con muchos obstáculos o peros, que algunos son de personas externas y a veces son barreras que nosotros nos ponemos. Pero para amar en verdad a una persona primero hay que amarse uno mismo, lo cual es una tarea muy complicada. Si no nos amamos con nuestros defectos ¿cómo vamos a ser capaces de amar a otro y a aceptar que nos amen sin ser tóxicos?  

En un pasado ahora muy lejano, yo era de las que iba por el mundo diciendo que el 14 de febrero no tenía sentido, porque no es manda celebrarlo y menos en la pandemia y teniendo que esperar 2 horas para que llegue tu comida, pero si considero que es un buen día para celebrar el amor que no podemos dudar que existe, el amor a la familia (que tampoco es obligatorio amar a los familiares), a los amigos y a las mascotas, pero sobretodo debemos de celebrar el amor propio, mucho o poco pero todos debemos amarnos.

Cuídense mucho y recuerden que yo los amo por leerme. 

angelica.lobato@criteriodiario.com