En la última semana hemos estado mucho más pendientes del avance e impacto del aeropuerto que construye la actual administración en Santa Lucía. Ya sea en nuestras redes sociales, en los diferentes canales de información y periodismo, o hasta en nuestros diversos grupos de Whatsapp; no han faltado las críticas y sobre todo los ya famosos memes que ponen en perspectiva la penosa caída de lo que hubiera sido un magno proyecto mundial y ejemplo para los aeropuertos internacionales, a lo que ahora se está construyendo para solucionar el gran problema que cada vez es más evidente en el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Para poder dimensionar la magnitud del problema y las decisiones que llevaron a las 2 soluciones que nos presentaron a los mexicanos, primero tenemos que entender el contexto actual. El AICM puede darle servicio a un total de 34 millones de pasajeros al año, contando con un total de 63 puntos de contacto y 21 puntos móviles (o sea, lo que conocemos como salas de abordar) sumando las terminales 1 y 2, además de operar con 2 pistas de despegue y aterrizaje que no funcionan de forma simultánea. Esto es uno de los problemas que provoca que el tráfico aéreo se congestione y que sea ya común que todos los vuelos del AICM se retrasen. Recuerden muy bien esos datos:
-34 millones de pasajeros al año
-84 puntos de contacto (63 fijos, 21 móviles)
-2 pistas con operación alternada
La solución que se dio en el 2014 por el Presidente Enrique Peña Nieto fue un nuevo aeropuerto en Texcoco, que básicamente funcionaría como un núcleo central de aerolíneas para conectar con el resto del país y el continente. A ese concepto se le llama “hub”. Desde la presentación en el 2do informe se vislumbraba un proyecto ambicioso, de magnitudes monumentales y con la clara intención de ser un ícono internacional. Si uno lo piensa bien, tiene todo el sentido del mundo ya que el aeropuerto es el primer lugar de contacto que tiene un extranjero al llegar a otro país. Si alguien ha tenido la oportunidad de volar de forma internacional, podrán recordar la emoción que se siente al desembarcar en proyectos bellos y espectaculares como el de Barajas en Madrid, el Daxing de Beijing, el Changi de Singapur o el Menara de Marruecos. Si no los conocen, busquen imágenes; prometo que no se van a arrepentir.
Esa misma emoción era la que se quería lograr en el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), proyectado por una de las grandes mentes arquitectónicas del siglo XX: Sir Norman Foster. Si quieren enamorarse de nuevo de lo que pudo haber sido la puerta de entrada al México del Siglo XXI, les comparto este video en donde el mismísimo Foster explica el desarrollo del concepto; ustedes juzguen:
Espero que todos estemos de acuerdo en que pintaba para ser uno de los aeropuertos más bonitos del mundo, pero ¿Funcionaría? La idea del aeropuerto era sustituir al AICM por completo, ya que por su ubicación es imposible que los dos funcionaran a la vez. Pero al hacer eso, el NAICM tendría la capacidad suficiente para dar servicio de la siguiente forma:
-125 millones de pasajeros al año
-275 puntos de contacto (190 fijos, 85 móviles)
-6 pistas con operación simultánea
Toda la información referente la pueden consultar en la siguiente liga:
http://aeropuerto.gacm.mx/2018/aeropuerto/doc/pdf/naicm-interiores-vf.pdf
A estas alturas espero que se note la importancia de un proyecto de este calibre, ya que tiene un impacto de cientos de kilómetros a la redonda y podría influir en los flujos del tráfico de la ciudad, los usos de suelo, las actividades periféricas de las colonias aledañas, por mencionar algunas. Es un detonante económico, social, turístico, cultural, histórico.
En el 2018 supimos todos que la nueva administración tendría mano dura con los proyectos del pasado, sobre todo si tenían tintes de progreso. El primero en ser destruido fue justamente el NAICM para ser sustituido por otro proyecto que resolvía el problema desde otra perspectiva. El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) sería parte de una red de aeropuertos que le darían servicio a la ciudad de forma simultánea, en conjunto con el ya existente y problemático AICM y además el de Toluca. ¿Cuál es la justificación del proyecto? En la presentación hay palabras que destacan por ser repetidas en múltiples ocasiones: austeridad, eficiencia, fácil de construir, positivo, modular, inclusivo y emblemático. Así es, amigo lector, el estandarte puro de la cuarta transformación hecho edificio. Si quieren indagar más en el proyecto y el proceso de construcción lo pueden hacer en esta página: https://www.gob.mx/aifa
A diferencia del NAICM, el Felipe Ángeles no fue diseñado por ningún arquitecto de renombre internacional, eso es demasiado neoliberal. Al contrario, se utilizó la inteligencia y experiencia ya existente de nuestras fuerzas armadas. Ingenieros en construcción son los encargados de ejecutar el plan maestro de un diseño que es básico, plano y sin chiste. ¿Recuerdan los grandes claros y la sensación de amplitud que se generaba en el NAICM? Pues ahora vamos a tener un aeropuerto repleto de columnas y trabes de acero que más bien le dan la apariencia de una terminal de autobuses de los años 80s. Austera, eso sí, justo como le gusta a nuestro presidente. Para ser justos, les comparto también un video con la presentación del proyecto, y ustedes juzguen.
La solución es únicamente funcional, el concepto improvisado, lo que se podría esperar de un equipo de constructores que sigue órdenes del presidente y que más bien están entrenados para construir equipamiento urbano barato y eficiente en comunidades rurales. Recordemos que es un proyecto que plantea funcionar en conjunto con los otros 2 existentes, y en su totalidad para la etapa final estaría cumpliendo con estos servicios:
-80 millones de pasajeros al año
-150 puntos de contacto
-3 pistas con operación simultánea
En todos los espacios les insisto que contraten expertos para que lo barato no les salga más caro, y ésta no es la excepción. No es necesario ser un experto en aeronáutica y arquitectura para darse cuenta de la evidente diferencia. Ahí están los números, ahí están las imágenes. Ustedes juzguen.
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