Ya sé que esta columna la debí escribir antes de dicha celebración… pero pues, la escribo durante el día del padre. La fecha siempre se me ha hecho una celebración como de compromiso, así de, hay que darle su día para que no se sientan que todo se le celebra a la mamá. Ni siquiera tiene un día fijo y regalarle algo a un papá es, creo, aún más complicado que regalarle algo a mamá.
Todo lo que tiene que ver con los padres de familia es complicado… Las relaciones con los padres más conocidas o de las que más se habla son las relaciones tormentosas o las inexistentes. Ya es una broma común esperar que en este día haya un mismo número de felicitaciones como de quejas de padres que no se hacen cargo de sus bendiciones, o de los que se quejan de sus papás ausentes durante su vida. Pero últimamente también veo muchas notas de cuanto extrañan a los papás que ya no están en este universo, ese pensamiento me rompe el corazón porque las relaciones con los papás son diferentes. En mi caso, no es una relación más demostrativa ni que se habla, pero es una dependencia y que sólo ver a mi papá me da un extremo sentido de fortaleza y seguridad donde nada malo puede pasar y ahora que convivo más con mi abuelo materno, él me da una paz interior que nada en el mundo puede causar. Los amo.
En el mundo de los libros, como en la vida, la mayoría de las historias son de relaciones complicadas. Mientras veo la serie “Halston” con Ewan McGregor, recuerdo la película “Pastoral Americana” que me hizo leer el libro del mismo nombre del autor Philip Roth. Este libro nos habla de un hombre con una vida hasta cierto punto mediocre, ya que hace todo, incluso cosas que van en contra de todo lo que él cree o prefiera, para tener la vida americana perfecta para él y su familia durante los años sesenta y setentas. El considerado “padre perfecto del pueblo” tiene que lidiar con que su hija se una a un grupo que se opone la guerra de Vietnam y se vea involucrada en un ataque terrorista. Otra historia de este mismo autor es “Patrimonio. Una historia verdadera”, sobre el padre del autor, que, a sus 80 años, tiene que aprender a dejar de ser lo que era, un hombre vital y fuerte, para ser una persona enferma y dependiente de otros. El libro trata de explicar como deben entender y enfrentar la muerte y todos los cambios que conlleva el envejecimiento.
Otro buen libro para leer sobre la relación con los padres es del escritor más famoso de México, al menos está semana, por decirle al Presidente lo que varios pensamos de él. Héctor Aguilar Camín habla de la relación o la inexistente relación que tuvo con su padre por cerca de 31 años, hasta que llega el momento en que su padre lo busca porque lo necesita para sobrevivir, en todos los sentidos. Habla de como su mamá y su tía se volvieron su “Padre y Madre” cuando el verdadero los abandonó. Al momento de reencontrarse, el autor está lleno de rencor, pero al ver a este hombre se da cuenta que no es el que recuerda, sino que es un ser que lo necesita y al que siente debe cuidar a pesar de todo.
Como dice el dicho, “madre sólo hay una…” y padre también sólo hay uno; al menos biológicamente. Pero figuras paternas puede haber muchas. Espero ayer hayan celebrado la influencia en sus vidas de esta figura o que, si ustedes son padres, hayan celebrado y no sólo por un día, disfruten de la responsabilidad e importancia que tienen y tendrán en el futuro.
angelica.lobato@criteriodiario.com
