Irte es más fácil que quedarte

Criterios Martha Vargas Vázquez

Mejor me hubiera muerto yo. 

Es de los más escuchado en las terapias: “Mejor hubiera muerto yo”. Tanto viudas que han perdido a su pareja, nietos que han perdido a sus abuelos, hijos que han quedado sin padre, padres sin hijos, hermanos que han partido; todos al sufrir una perdida nos encontramos ante un gran dolor y no sabemos qué camino tomar o a dónde ir. No decidimos sobre la muerte lo que sí podemos decidir es sobre la vida, sobre la muerte no podemos elegir nada simplemente nos sorprende y no un buen día por el contrario por un mal o el peor de nuestros días.

Todos con tal de no sentir el dolor de una pérdida nos bloqueamos y encerramos en el dolor sin darnos cuenta que la vida sigue pasando afuera. El mundo no se detiene porque alguien parte, es muy común quedar así, perdidos dentro de nuestro dolor, pero debemos entender que no podemos elegir, no existe vuelta a la hoja y al estar dentro de un duelo y pasar por las etapas de este en la negociaciones donde se maneja el decir: “mejor me hubiera muerto yo”.          

                                                                                                                                                                    Se entiende el deseo, ya que irte es más fácil que quedarte ya que no sabes qué hacer cuando tú eres el que se queda y tu complemento se va. Yo no soy suficiente para que tú puedas quedarte. En el momento de dolor renuncias a la vida, pero recuerda que tú estás vivo y que debes de seguir por honrar la memoria de nuestro ser amado que se fue. Dile sí a la vida, dile sí a seguir.

Debes sentirte vivo y el amor que te dio esa persona que partió y todos esos recuerdos de bellos momentos a su lado deben de ayudarte a honrar su memoria. Mientras tú tengas esos momentos y buenos recuerdos ahí van a estar junto a ti para ayudarte a seguir viviendo, llena de amor y de recuerdos. El precio de haber amado alguien es el dolor de la ausencia de ahí que el amor no es gratis tiene un precio y ese precio es el dolor cuando a quien amamos trasciende. Y trasciende ya que nunca se va mientras tenga un lugar en nuestro corazón y tengamos presente los buenos momentos a su lado. La vida sigue valiendo la pena, la vida es vida hasta el final de tus días. Busca crear un homenaje a quien no está demostrando que lo más importante que hizo una persona que murió fue querernos y vivir, recuerda eso por encima de todo

El dolor de la pérdida nos hace cuestionarnos todo; incluso los motivos que tenemos para seguir viviendo. No me quiero quedar sin ti ¿Cómo le hago? El que se fue nos complementaba y da miedo quedarse sin tu complemento nos paraliza. El no saber cómo llevar un negocio, cómo educar sola a los hijos y tan simple como tomar las riendas de mi vida sin ti. Es enfrentarnos a algo nuevo a no tener a nuestro ser amado y tomar la rutina que él tenia para todos nosotros.

Dentro de tanto dolor llegamos a pensar: “yo no soy suficiente para que tú te quieras quedar a mi lado” pero debemos recordar que la muerte llega en el momento y en el tiempo que debe llegar a cada ser humano, no contamos con un chip o detector de fecha de caducidad que nos indique el momento de partir. Cuesta mucho trabajo poder entender que la vida es un regalo al que no puedes decirle no, la vida está ahí para vivirla.

Una frase que siempre me gusta decir y escribir es: “No te mueras con tus muertos” frase de la Madre Teresa. No permitas que el dolor de una pérdida no te deje ver que tú estás vivo y que tienes aún camino por recorrer. Vive que es la oportunidad que se te está dando y disfruta todo lo que tienes y dale un lugar en tú corazón a esa persona especial que trascendió y que ahora ya no puedes ver pero que vive en tu corazón y habita en los recuerdos bellos que compartieron.                        

Sobre la muerte no podemos controlar nada.

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