Por: Redacción Criterio Diario / Foto: Twitter @eluniversocom
El pasado fin de semana, el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quiso ver un partido del Santos Futbol Clube, equipo donde militaron leyendas como Pele, Dunda y Robinho. Sin embargo, le impidieron la entrada por no contar con el requerido certificado de vacunación anti COVID-19.
“¿Por qué el certificado de la vacuna?”, se preguntó indignado el Presidente Bolsonaro, aunque es de conocimiento general que el estadio del Santos, así como en varios otros lugares de Brasil, se pide a los asistentes contar con el certificado. “¿Por qué eso? Yo tengo más anticuerpos que quien ya recibió la vacuna”, aseguró ya que según el Presidente brasileño, él ya no necesita vacunarse debido a que hace algunos meses resultó positivo al COVID-19.
La directiva del Santos señaló: 1) que el club no había sido avisado de que iban a recibir al presidente y 2) aunque así hubiera sido, todos los aficionados que quieran entrar al estadio deben seguir al pie de la letra las normas sanitarias para prevenir contagios.
Este penoso episodio para Bolsonaro no es el primero causado por su decisión de no vacunarse. En septiembre pasado, durante Asamblea General de las Naciones Unidas, durante los descansos, mientras que el resto de altos funcionarios se fueron comer a lujosos restaurantes, Bolsonaro no tuvo de otra que comer en la calle. Aunque varios de sus seguidores aplaudieron su actitud, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio declaró: “si no quiere vacunarse, no se moleste en venir aquí”.
