Por: Redacción Criterio Diario / Foto: Twitter @Corporacion540
Luego de ser señalado como el principal responsable de los errores cometidos durante la gestión de la pandemia mundial de COVID-19, misma que ha cobrado más de 600 mil vidas en el país sudamericano, la Comisión del Senado en Brasil aprobó que el presidente, Jair Bolsonaro, sea procesado por crímenes contra la humanidad.
La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) de la gestión de la pandemia aprobó, luego de seis meses de investigación, un informe de casi tres mil páginas, que presenta acusaciones contra dos empresas, cuatro ministros, el ex ministro de salud y general Eduardo Pazuello, el ex canciller Ernesto Araújo, una decena de parlamentarios de ultraderecha, funcionarios, asesores de gobierno, médicos de un grupo informal, consejeros, al presidente de Brasil y a tres de sus hijos.
La investigación incluye como pruebas imágenes del Presidente animando a multitudes, declaraciones contra las vacunas y el apoyo del mismo al medicamento Cloroquina, que es ineficaz para el COVID-19. También detalla el retraso en la adquisición de vacunas y la oposición del gobierno a las medidas sanitarias, además del colapso del sistema de salud del país.
El informe pide al Tribunal Supremo, a la Fiscalía brasileña y al Tribunal Penal Intencional de La Haya (TPI) que se acuse a Bolsonaro de nueve crímenes relacionados con la pandemia, estos son: comisión de delito epidémico con resultado de muerte, violación de medidas sanitarias preventivas, curanderismo, prevaricación, empleo irregular de fondos públicos, incitación al delito, falsificación de documentos privados, delito de responsabilidad y delitos de lesa humanidad. El texto también demanda la salida de Bolsonaro de redes sociales debido a la difusión de noticias falsas sobre la pandemia.
El grupo comenzó su investigación el pasado 27 de abril, cuando Brasil sumaba alrededor de 391 mil muertos por COVID-19 y concluyó su trabajo con la aprobación del informe en momentos en que los decesos pasan de 606 mil, cifra que lo mantiene como el tercer país más afectado en el mundo, junto con Estados Unidos y la India.
