Por: Redacción Criterio Diario / Foto: Twitter @rumbonuevo
El miércoles 24 de noviembre, un contrabandista que vendió copias de la exitosa serie surcoreana de Netflix “El juego del Calamar” en Corea del Norte, fue condenado a muerte por un pelotón de fusilamiento.
De acuerdo con Radio Free Asia, el hombre llevó el material al territorio desde China y vendió unidades de USB que contenían los capítulos de la serie. Debido a que “El juego del Calamar” es una producción de un país extranjero, los habitantes de Corea del Norte tienen prohibido consumir y distribuir este material, ya que es considerado como una “amenaza” por el régimen autoritario y comunista del país.
Además de la sentencia del hombre de distribuyó el material audiovisual, que sería ejecutada por un pelotón de fusilamiento, un joven estudiante que compró una de las unidades fue condenado a cadena perpetua y otros seis que vieron las imágenes de la serie fueron sentenciados a cinco años de trabajos forzados. Además, los maestros y administradores de la escuela involucrada fueron despedidos o enfrentan trabajos forzados en minas remotas.
Según información brindada por uno de los residentes de Pyongsong, una ciudad de Corea del Norte, la serie “ingresó al país en dispositivos de almacenamiento electrónicos, como unidades flash USB y tarjetas SD. Estos dispositivos fueron transportados de contrabando en barco y luego se introdujeron al país.”
A raíz de la captura de los estudiantes, las autoridades comenzaron a buscar en los mercados dispositivos de almacenamiento de memoria y CD de video que contengan medios extranjeros.
Corea del Norte aprobó una ley el año pasado sobre la “Eliminación del pensamiento y la cultura reaccionarios”, que conlleva una pena máxima de muerte por ver, poseer o distribuir medios de comunicación de países capitalistas como Corea del Sur y Estados Unidos.
