Siempre he tenido cierta fascinación por ver todas las versiones de las obras de Shakespeare que se llevan a la pantalla grande. La parte teatral que inevitablemente debe ser incluida en los diálogos pese al tiempo en el que se le lleve a cabo la historia, me parece un elemento sobresaliente. Me resulta impactante lo atemporal de la narrativa al poder tratarse de diferentes formas, estilos y contextos sin nunca perder la esencia de la historia. Sin importar el paso de los años, diferentes generaciones y tras eventos que han cambiado nuestra historia, Shakespeare sigue vigente. Es esto lo que lo hace, en mi opinión (leyendas urbanas aparte), uno de los grandes autores de todos los tiempos.
Hace unos meses me emocioné mucho al saber que el rodaje de una nueva versión de Macbeth había iniciado. Muchos factores llamaron mi atención y me generaron grandes expectativas, el reparto antes que otra cosa. Denzel Washington y Frances McDormand en los papeles principales Macbeth y Lady Macbeth, Harry Melling (a quien todos identificamos como Dudley, el primo odioso de Harry Potter) como Malcom, Brendan Gleeson (otra celebridad mágica mejor conocido como Mad Eye Moody) como el gran rey Duncan y la grandiosa Kathryn Hunter en una nueva versión de las brujas proféticas que dan inicio a esta historia. Aunado a este reparto de primera, el director es Joel Coen quien esta vez no viene acompañado por su inseparable hermano Ethan Coen, detalle que llama la atención de todos los que somos seguidores de su trabajo en conjunto.
El resultado final que ya se encuentra disponible en Apple + es impresionante. Una experiencia visual, sonora y un agasajo actoral que no decepciona en lo absoluto. Filmada en su totalidad en blanco y negro con escenarios enormes. Podemos percibir el gusto al estar filmando esta película por parte del elenco. La oportunidad de poder decir estos diálogos tan icónicos debe ser sin duda alguna, un momento aspiracional para cualquier actor. La música logra ser un personaje más y la edición de sonido es maravillosa.
Al inicio no entendí muy bien la decisión de poner en los papeles principales a dos actores no tan jóvenes. Normalmente en las puestas en escena de Macbeth, estos papeles son interpretados por personas de menor edad, pero al ver el resultado final, me parece un gran acierto. Denzel Washington realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera brindando una versión propia de tan mítico personaje. Mención de honor a Kathryn Hunter en su versión de estas tres brujas oráculos, en tan solo dos escenas logra ser por demás memorable.
Les recomiendo ampliamente ver esta nueva versión de una gran tragedia, disfrutando el espectáculo visual sin importar que tanto logremos ahondar en los diálogos que tal vez para algunas personas puedan resultar pesados y difíciles de entender. Una historia de poder que presenta al personaje con sus defectos y virtudes, enfrentándose a sus propios miedos, a sí mismo y a su entorno con tal de obtener el poder de un rey absoluto.
Como gran fanático del teatro y sobre todo de Shakespeare, creo que esta obra se volverá pieza importante en el mundo cinematográfico. El único defecto que le encuentro es que me hubiera gustado poder disfrutar de esta película en una sala de cine, si tienen esta oportunidad en sus ciudades, no dejen de hacerlo.
“Antes yo quisiera perder la memoria que la hazaña infausta triste recordar.”
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