Por: Reacción Criterio Diario / Foto: Twitter: @ descifraguerra
Tras más de dos meses de conflicto, la guerra en Ucrania comenzará a afectar de una forma específica el suministro de gas a Europa ya que a partir de este miércoles, Rusia suspenderá el suministro de gas a Polonia y a Bulgaria.
La empresa de gas estatal polaca PGNiG informó que la compañía rusa Gazprom le avisó que los envíos de gas se detendrían en cumplimiento de las nuevas reglas que anunció Moscú el mes pasado y que establecen que los países “no amigos” deben pagar por el gas en rublos; tanto Polonia como Bulgaria se han negado a cumplir con esa exigencia.
La empresa polaca depende de Gazprom para adquirir la mayor parte del gas que importa, un 53% de sus importaciones procedían de la compañía rusa.
PGNiG calificó la decisión como un incumplimiento de contrato y aseguró que tomará medidas para restablecer el flujo de gas.
Bulgaria, por su parte, depende de Gazprom para el suministro de más del 90% del gas que consume. Sus autoridades indicaron que han tomado medidas para encontrar fuentes alternativas y que en la actualidad no requieren restringir el servicio.
Tras el anuncio, la ministra de Clima de Polonia, Anna Moskwa, dijo que los suministros de energía del país están garantizados y aseguró que no hay necesidad de sacar gas de las reservas y que no se cortará el suministro a los clientes ya que sus depósitos de gas están llenos hasta casi el 80% de su capacidad y que, al acercarse el verano boreal, la demanda es menor.
Polonia también tiene fuentes alternativas de suministro, incluyendo un terminal de gas natural licuado (GNL) en la localidad de Swinoujscie y a partir del 1 de mayo, comenzará a operar un nuevo gasoducto que le dará a Polonia acceso a gas procedente de una terminal de GNL en Lituania.
Polonia ya tenía planes de detener las importaciones de gas ruso para finales de este año, cuando expiraba su contrato de largo plazo con Gazprom y se prevé que en octubre próximo se ponga en marcha un nuevo gasoducto procedente de Noruega.
El gas procedente de Rusia representa alrededor del 40% de las importaciones de gas natural de la Unión Europea.
