Sin comida no hay historia.

Angelica Lobato Torres Criterios

Como la buena tirana que soy, durante la hora de la comida con mis sobrinos los obligo a ver programas de en el canal gourmet. Hasta este inicio de mayo a esa hora pasaban un programa sobre productos mexicanos, otro de cocina en algunos pueblos y otros en donde Benito Taibo, autor del libro “Persona normal”, relacionaba momentos de la historia o artistas famosos de la época de oro con algo de comida. Las bendiciones, uno de 16 años y otro de 11 al principio los veían aburridos, pero ahora que nos cambiaron la programación me dijeron ¿y el programa de Benito? En estos programas aprendieron de Agustín Lara, de Elizabeth Taylor y de Chavela Vargas, pero también de la entrada de Pancho Villa y Emiliano Zapata a ciudad de México durante la revolución y del encuentro entre el tlatoani Moctezuma Xocoyotzin y Hernán Cortes.

Entonces me puse a pensar sobre la importancia de la comida en la historia, literalmente sin alimentación nada se hubiera logrado; tan solo el saber que este continente no hubiera sido “descubierto” si Cristóbal Colon no hubiera buscado las Indias para las especias y cosas varias que eran valiosas en aquellos días. “Esto no estaba en mi libro de historia de la gastronomía” de Myriam Sagarribay cuenta como la sal, el pescado y la carne, los cereales, los vinos, el arroz, la cebolla y el ajo, la pimienta, la caña de azúcar y el café, el tomate, el frijol y muchas cosas más han sido de vital importancia y de un inimaginable valor histórico. La gastronomía reúne siglos de historia, varios imperios y pueblos conquistados. La agricultura, la tecnología, la química y todos los avances solo logran que la historia de la comida siga creciendo.

Uno de los alimentos que ha ido de la mano de la historia es el Pan. Fenicios y egipcios, árabes y franceses. Durante los viajes para conquistar tierras el pan fue base de la alimentación, incluso durante el inicio de la pandemia hubo un nuevo interés por hacer pan en especial con masa madre y que podemos decir de la historia de México sin hablar de algo básico en la alimentación de cada habitante de este país. “Panes Mexicanos” de Irving Quiroz es una manera de acercarse a esos panes que nos recuerdan, ya sea nuestra propia infancia o a nuestros seres queridos, dios sabe que si algo me recuerda a mi abuelo es ir a su panadería y que las vendedoras aun lo recuerden y me digan: “esos eran los que le gustaban a tu abuelo”. El pan dulce es historia con azúcar y nadie puede hacerme cambiar de opinión.

Otra comida que nos lleva a nuestra historia como mexicanos son los insectos, ya sé que muchos dirán “qué asco”, pero por algo la gente sigue echándose un taco de jumiles o de escamoles, botaneando unos chapulines o tratando de verse exquisito comiendo gusanos de maguey. Editorial Larousse tiene “Recetas con insectos” de Beverly Ramos Rostro donde ahora se unen platillos como macarrones franceses con chinicules, que son gusanos de maguey de color rosa.

Pero qué más podemos decir de la unión de la gastronomía con la historia de la comida poblana. Si, si, los chiles en nogada y su unión a las monjas y a Agustín de Iturbide se conoce hasta el cansancio; pero la vida en los conventos y la comida poblana van de la mano. Aunque no vivió en Puebla “Sor Juana en la cocina” de Mónica Lavín, también autora de “Yo, la Peor, nos da 38 recetas que la “Décima musa” preparaba en su vida religiosa en el entorno del virreinato. Estas recetas se adaptaron a los ingredientes, métodos de cocción y mediciones actuales. También en la gastronomía podemos ver la influencia que otras culturas, además de la española, tuvieron en la historia del estado; como aunque no nos demos cuenta la cultura asiática, árabe y africana están entremezcladas en la sazón de las comidas más tradicionales… Y que tire la primera piedra quien no se haya comido un taco árabe.

Considero que en cada comida hay historia, ya sea una de siglos de antigüedad o solo unos años de la historia familiar, cada platillo tiene una historia y tal vez leer alguno de estos libros nos haga querer investigar un poco más para saber cuál es inicio de nuestro pasado. Háganme un favor si leen alguno de estos libros, lean acompañados de una malteada de fresa y pensando en Pancho Villa… busquen en google y averigüen esta bella historia que no puedo evitar recordad al escuchar algo de la revolución… Es parte de la historia