Por: Reacción Criterio Diario / Foto: Twitter: @MarielaILopez
Tres días después del tiroteo en la Robb Elementary School, donde 19 niños y niñas y dos profesoras murieron, y tras los reclamos de las familias de las víctimas, la Policía de Texas reconoció haberse equivocado en su respuesta ante este ataque.
La cronología del ataque y la respuesta de la Policía ya están bajo investigación del FBI y la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, pues está llena de irregularidades.
“Fue una decisión errónea no tirar abajo la puerta del salón” declaró el coronel Steven McCraw, jefe del Departamento de Seguridad de Texas, quien en conferencia terminó dando la razón a las familias de los y las estudiantes de esta escuela ubicada en Uvalde.
Tras las primeras horas después del tiroteo algunas familias estuvieron buscando a sus seres queridos sin contar con información oficial de las personas heridas o fallecidas. Testigos señalaron que la misma Policía de Uvalde les impidió ingresar a la escuela para ayudar a los y las estudiantes una vez que escucharon el tiroteo.
Los testimonios acusan que la Policía de Uvalde se dedicó a contener a las familias y vecinos de la Robb Elementary School y la Policía de Uvalde esperó poco más de una hora en lo que llegaba un equipo especial para contener y hacer frente a esta situación.
Lo que fue suficiente para que el tirador Salvador Ramos, de 18 años, recorriera y se encerrara en la escuela con un rifle semiautomático AR 15 hasta casi la 1 de la tarde, cuando fue abatido.
En un inicio la Policía defendió su respuesta ante el operativo y aseguró que logró impedir que el número de personas fallecidas aumentara; pero en la conferencia del 27 de mayo, McCraw retrocedió, lloró y reconoció el error de los policías por no derribar la puerta del salón de clases donde Ramos se encerró.
