Por: Redacción Criterio Diario / Foto: Twitter: @PedroOtamendi
La mañana de este 25 de julio el Papa Francisco se reunió con los pueblos indígenas First Nations, Métis e Inuit en Maskwacis, Canadá. En este encuentro el líder religioso pidió disculpas por los abusos de la iglesia católica en contra de comunidades indígenas por más de un siglo a través del sistema de escuelas para niños.
“Esperaba que llegara este momento para estar entre ustedes. Desde aquí, desde este lugar tristemente evocativo, quisiera comenzar lo que deseo en mi interior: una peregrinación penitencial. Llego hasta sus tierras nativas para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación, para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes y por ustedes”.
El Pontífice explicó que estas disculpas y este reencuentro con las comunidades son en honor del sufrimiento padecido por los niños indígenas “en particular con los que lamentablemente no volvieron más a casa de las escuelas residenciales”.
“Pido perdón, en particular, por el modo en el que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada de los gobiernos de la época, que finalizaron en el sistema de las escuelas residenciales”.
El Papa Francisco explicó que las disculpas son un primer paso, el punto de partida. Afirmó que sabe que mirar al pasado no será suficiente para reparar el daño causado, pero que pedir disculpas permitirá mirar hacia el futuro y garantizar que estas situaciones no se repitan.
Desde el año pasado los grupos originarios en Canadá iniciaron la investigación de antiguas escuelas de reclusión de niños indígenas y los hallazgos fueron demoledores: en tres escuelas distintas han encontrado los cuerpos de centenares de estudiantes indígenas.
Esas escuelas comenzaron a finales del siglo XIX y estaban en control de la Iglesia católica y el gobierno canadiense. Hasta el momento se han encontrado más de un millar de cuerpos, pero la historia es desgarradora. Se estima que más de 150 mil niños indígenas fueron recluidos en estas escuelas donde los abusos físicos y sexuales eran comunes hasta que cerraron a finales de los 90.
