Ya más allá de estar en la parte final de los 30’s, esta cuestión de la memoria es algo de la familia; si todos los miembros de la familia tuviéramos que elegir una frase que nos identifique, que sea como un lenguaje secreto sería: “el ese de la esa”.
La memoria es algo muy extraño, la manera en que uno puede recordar miles de canciones pero no te acuerdas de que es lo que estabas buscando hace 5 minutos, es algo maravilloso y terrorífico y más, porque no hay nada que uno pueda hacer, todos los órganos del cuerpo van empeorando con el paso de los años y esta cuestión de la memoria es algo que nos damos cuenta de manera más constante.
Si ustedes son como yo, han caído bajo las garras de los juegos que te dicen que pueden medir tu edad mental, en que ves que tu si sabes cuál es el número que falta en el tablero del sudoku y esto no es más que lo que en el mundo de los libros conocemos como gimnasia cerebral. Recuerdo cuando estudiaba psicología te explicaban que biológicamente algo que aprendes esta “almacenado” en la unión entre 2 neuronas y que si ese aprendizaje no se “ejercita” muere… para siempre; así que la gimnasia cerebral hace que hagamos trabajar a esas pequeñas neuronas que nos quedan luego de noches de beber, fiebres y golpes varios.
Recuerdo que mi mamá, después de la radiación le dijeron que su cerebro era un poco más pequeño, más o menos cuando tenía 60 y quedo traumada, pero más traumada quede yo y cada que llegaba un libro de estos ejercicios abría una página al azar y trataba de solucionar la cuestión que había, a veces eran unos minutos, a veces eran días; “500 Tests Para Aumentar Su Inteligencia. Ejercicios Prácticos Para Potenciar su Nivel Intelectual” de Gilles Azzopardi era uno de los más me gustaban porque había de todo, vocabulario, números, lógica y esa clase de cosas, altamente recomendable.
Otra cosa directamente relacionado con mi familia y la memoria son los crucigramas “Solo Crucigramas” de editorial Época fue algo que vi y compre y no les mentiré, no lo compren, está muy mal hecho y fue una decepción total. Mi abuela y mi mamá eran adictas a los crucigramas y al día de hoy, si “la bisa” (o sea mi abuela) encuentra un crucigrama en el periódico, ella se sentará acompañada con su enorme diccionario Larousse para completarlo o intentarlo porque ya no tiene la paciencia de antes y para qué aprende nuevas palabras si según ella “ya se va a morir” (frase que se ha repetido por lo menos los últimos 10 años).
Además está todo el bombardeo de como lo que comemos afecta o ayuda a la memoria, desde hace años escuchaba del ginkgo biloba (o como se escriba) y los tés orientales para ayudar a que el cerebro e mantuviera fuerte. “Lo Que La Comida Le Hace A Tu Cerebro” de Uma Naidoo es uno de esos libros que también son de terror porque te das cuenta de todo lo que has hecho o comido y que ha “afectado” a tu cerebro por siempre; el libro habla de cómo la alimentación tiene un efecto en condiciones de salud mental tan variadas como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (tdah), la depresión, la ansiedad, los trastornos de sueño, el Trastorno Obsesivo Compulsivo (toc), el Trastorno por Estrés Postraumático (tpep), la demencia… matémonos todos ya.
Pero algo que siempre está presente cuando pienso en los recuerdos o lo que creemos que recordamos; hay veces que no solo tenemos memoria de lo que vivimos, sino que muchos de nuestros recuerdos están hechos de lo que nos imaginamos que paso o de lo que alguien más nos contó y eso queda clarísimo en la “autobiografía” de Jim Carrey, si, el actor de “La máscara” y “Ace Ventura. Su libro “Recuerdos Y Desinformación” deja clarísimo que “Nada de esto es real, pero todo es verdad”» Jim Carrey. Es una novela casi autobiográfica del paso del actor por Hollywood que no es el mundo perfecto que a veces creemos, pero esta historia entrelaza lo que es real y lo imaginario y una mente como la de Carrey es capaz de crear demasiadas realidades.
Esos lapsos de “pérdida de memoria” temporales me dan risa, me hacen recordar otra cosa y recordar a personas que amo y recordar el ese de la esa, no esa no, la de junto… perder un recuerdo, para mí, es solo crear uno nuevo y estoy segura que hay mejores cosas que recordar todos los elementos de la tabla periódica o la formula del trinomio cuadrado perfecto.