Vivamos desde su vida, no desde su muerte

Criterios Martha Vargas Vázquez

Pesa más la vida que un día de muerto.

Dicen que cuando uno ha cumplido lo que vino a hacer a este mundo, se va. Como si ya no tuviera nada más que hacer aquí.  

Los que aún seguimos vivos en esta tierra los que tendremos que encontrarle un significado al dolor, para que no nos quedemos atrapados en él.
Pero por el momento tendremos que tener paciencia. Primeramente con nosotros mismos. En ningún lado está escrito cómo habremos de transitar nuestro duelo. Es personal y único. Y pretender encasillarlo para comodidad de otros no hará sino prolongar indefinidamente el sufrimiento y estancarnos en el.

Es necesario apoyemos en las personas que nos quieren, como si fuésemos niños otra vez. Los necesitamos para transitar confiados este sendero desconocido, este camino misterioso que tarde o temprano todos tendremos que atravesar. Sin olvidar, que el dolor que ahora sentimos es parte de la felicidad de entonces.
Y el mejor homenaje que tal vez podamos hacerles es vivir nuestra vida plenamente. Agradecidos por el tiempo que los tuvimos junto a nosotros y confiando en que volveremos a estar juntos otra vez

Muchas veces nuestros seres queridos que trascendieron se van de nuestras vidas sin una despedida, sin un perdón por ambas partes. Y quedamos con esa sensación de deuda, de tener algo pendiente que decir. No aprendemos a vivir sin la presencia de nuestro ser querido.

Vivimos un duelo profundo por la perdida, nos sentimos abatidos y transitamos por las cinco etapas del duelo, muchas veces ya sentimos que estamos en la aceptación y regresamos al enojo que en ocasiones nos sentimos molestos con nuestro ser querido porque se fue, cuando debemos estar consientes que él no se quiso ir, simplemente su tiempo había llegado .

Debemos de recordar todo lo vivido con él, es mejor recordar todos los buenos momentos a su lado y también los malos. No podemos morir con nuestros muertos. Debemos pasar por el corazón todos los momentos vividos en su compañía, es nuestro filtro. Debemos vivir en nuestro amor, no en el dolor de la pérdida. Recordando los buenos recuerdos a sus lado en todo lo que se vivió. Debemos recordar cuantos años lo tuvimos y que. solo ha muerto una vez. Debemos hacer un balance de que fuimos en su vida.

Dar significado a su vida, al amor que nos dio y cuantos bellos momentos pasamos a su lado, encontrar significado a su vida que compartió con nosotros. Cada paso que tuvo por nuestras vidas. El no murió para que estemos tristes, debemos de pensar como le gustaría a ellos vernos, que tomamos la rienda de la vida y seguimos nuestro camino, si ellos físicamente, pero con ellos en el corazón. Honra su vida, acepta su muerte con respeto. Cuantos años vivió… Que pesa más ese número de años a nuestro lado o un solo día que murió. No tires la vida de esa persona especial, solo porque ya no está físicamente a tú lado. Recuerda cuantas veces te dijo te quiero y lo mejor te lo demostró. La muerte nos lo arrebato físicamente pero mientras viva en nuestro corazón y lo recordemos él o ella no habrá vivido en vano su vida a nuestro lado.

A nuestros muertos debemos pedir perdón, perdonarlos y darles las gracias. Este es un acto que ayuda mucho cuando se está en Duelo, es una manera de cerrar el ciclo con tu ser que trascendió.

Pero un día sacamos la cabeza, vemos al sol, otras caras nos sonríen. Nos damos cuenta de que no estamos solos. Que no somos los únicos seres en el universo que han sufrido una pérdida. Y, lo más importante, que nuestros seres queridos que trascendieron siguen vivos en nuestro corazón.

¿Cuántos años vivió? ¿Cuántas veces murió?

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