Por: Redacción Criterio Diario / Foto Twitter: @JamesNavaCom
El sujeto que irrumpió en la residencia de Nancy Pelosi confesó a las autoridades que iba con la intención de romperle las rodillas para que fuera al Congreso en silla de ruedas y, así, el resto de legisladores vieran que sus acciones tienen consecuencias.
El pasado 28 de octubre, un sujeto entró a la residencia de Nancy Pelosi para agredir directamente a la líder de la Cámara de Representantes. Afortunadamente no la encontró, pero sí a su esposo, Paul Pelosi, a quien atacó con un martillo, dejándolo con una fractura de cráneo.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el sujeto identificado como David Depape, tenía todo planeado: fue armado y con cintas y cuerdas, las cuales iba a utilizar para amarrar a la congresista.
Citando la investigación del FBI, el agresor dijo ver a Nancy Pelosi como “líder de la manada” de mentiras del Partido Demócrata. Al parecer, iba a torturarla para “decir la verdad” pero, como sabía que no lo haría, entonces le rompería las rodillas.
Aunque Depape se dio cuenta cuando el esposo de Nancy Pelosi llamó a la policía, éste no trató de huir.
“Al igual que los padres fundadores estadounidenses con los británicos, estaba luchando contra la tiranía sin la opción de rendirse”, dijo a los oficiales.
El Departamento de Policía de San Francisco prepara las acusaciones en contra del agresor de Pelosi por los delitos de asalto e intento de secuestro. La Fiscalía de San Francisco anunció que también presentará cargos por intento de asesinato y otros delitos.
“Tenía motivación política”, dicen las autoridades de San Francisco, las cuales han revelado que Depape es simpatizante de teorías conspiratorias, como la de QAnon, la que va contra las vacunas y también defiende que hubo fraude electoral en las elecciones del 2020.
El marido de Nancy Pelosi, de 82 años, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Se espera que logre reponerse por completo y sin ningún tipo de secuela.