Árbol de la vida, una artesanía con mucha tradición

Actualidad Nacional

Por: Redacción Criterio Diario /Foto: themixtecatimes.mx

Desde hace casi 200 años, el árbol de la vida es una tradición con un gran significado para sus habitantes en Izúcar de Matamoros. Esta artesanía se elabora en 17 talleres de barro policromado por lo que se considera Patrimonio Cultural desde 1998.

Dentro de las características que tienen estas piezas son sus colores y todas las figuras entrelazadas en sus ramas como son flores, hojas, mariposas, aves, alimentos, ángeles o sus troncos tan coloridos que permiten a los artesanos imaginar un diseño único en cada pieza.

Estas artesanías no tienen moldes por lo que cada una será original e irrepetible hecho a mano. “Un verdadero artesano es el que crea con las manos”, dijo Refugio Mercado, fundador del taller Cuco México.

Por otra parte, el dueño del taller Artesanías Balbuena, Joaquín Balbuena Palacios, quien compartió el proceso de estas artesanías las cuales tardan 20 días por lo menos en una figura de 10 cm, pues a mayor tamaño mayor tiempo, el máximo que tiene contemplado es de cinco meses. Y el costo también cambia por el tamaño, pero también por los detalles de esta obra de arte, que va desde los 200 hasta los 25 mil pesos.

El símbolo de matrimonio anteriormente era una demarcación y aunque ya no se da ese significado, aun es valorada como un ornamento que se puede apreciar no solo por los artesanos y habitantes, sino también en los museos como el Museo Internacional del Barroco o en sus visitas guiadas dentro de los talleres.

Balbuena quien elabora piezas desde hace 50 años, les ha inculcado este arte a sus descendientes y señalo que “Las nuevas generaciones están mostrando un interés genuino por aprender”.

Mientras que buscan preservar este arte a través de la difusión, enseñanza y enalteciéndola a nivel mundial de ser posible.

“Este trabajo es tan noble que nos hace ser sencillos y dedicados. Tratamos de llegar a la perfección de una pintura, de un modelo, y también de ir mejorando cada día. Siempre hay algo nuevo que aprender”, concluyó Monserrat Bolaños, artesana.