Los monumentos deben reconocer a las personas o sucesos importantes, lo que ha contribuido a que los pueblos sean lo que son. Cuando se realizan desde el poder, suponen honrar a héroes, batallas o a veces, eventos del pasado que generan vergüenza o al menos, el reconocimiento público a los errores cometidos desde el poder, como aquellos dedicados a víctimas o soldados desconocidos; sin embargo, los que se hacen desde las personas, no suelen ser tan estéticos ni esplendorosos, pero puede ser que sean más sinceros o significativos.
Hasta el 2018, en la esquina de Paseo de la Reforma y Morelos, en la calle más emblemática de México se encontraba el monumento a Cristobal Colón, mismo que fue retirado por motivos ideológicos y sustituido por otro que pretendía conmemorar la resistencia indígena en un país, sin embargo, las mujeres que luchan por sus derechos decidieron convertirlo en La Glorieta de las mujeres que luchan, un monumento dedicado a las miles de mujeres desaparecidas y asesinadas, a las víctimas que han perdido la vida sólo por ser mujeres.
Se trata de la silueta de una mujer con el puño en alto en señal de lucha, acompañada de nombres de mujeres asesinadas y desaparecidas junto con un tendedero de protesta, pero al mismo tiempo, representa un homenaje a quienes perdieron la vida en razón de su género y sobre todo a las millones de mexicanas que luchan todos los días por poder vivir, hacer y ser lo que decidan sin que nadie las juzgue, las descalifique o las mate; es decir, es un monumento que pretende que se trate a las mujeres como personas.
La Glorieta de las mujeres que luchan es una esquina que hicieron las mujeres que tienen que salir a la calle a luchar y a gritar que quieren vivir, es un espacio que se ha hecho un símbolo en el que se dan conciertos, se realizan pláticas y foros con la aspiración de que un día las mujeres sean libres de salir a la calle sin miedo, es un elemento más que se acompaña de publicaciones, canciones, libros, historias, foros, conferencias, poemas, protestas para pelear el derecho de ser lo que se quiera ser.
La glorieta no es más estética que otros monumentos en la Ciudad de México, pero es al día de hoy la más vigente, la que llega desde el pueblo que es quien tiene que decidir a quien se honra y a quien no en vez del soberano.
Funden más glorietas compañeras, marchen, luchen, griten, canten, salgan, tomen las calles y el espacio que la historia no les ha dado. Sin miedo, con la voz fuerte y el puño en alto, que aquí les hacemos eco.