El poder se refleja con imágenes y Francis Ford Coppola lo tenía claro cuando hizo “El Padrino” en 1979, por eso procuró mostrarnos el poder de la familia Corleone sin dar todo el contexto que sí daba el libro de Mario Puzo en el que se inspiró una de las mejores películas de la historia, para mí la mejor.
En la historia del conflicto entre Vito Corleone, sus capos e hijos contra otras dos familias neoyorkinas que contó la película, fue necesario explicarnos que Don Vito, “El Padrino”, tenía un poder inmenso gracias a que lidereaba una organización criminal millonaria con gente armada a sueldo y alianzas con los políticos, eso lo dedujimos quienes vimos la película que está llena de simbolismos de poder en todas sus escenas, quiero hablar de 3:
En la primera escena de la película, Bonasera, un dueño de una funeraria pide justicia para dos jóvenes que fueron absueltos después de intentar violar a su hija y golpearla. Se va abriendo el cuadro y poco a poco se revela la figura de Don Corleone (Marlon Brandon) de espaldas, la imagen muestra la expresión de sus manos y se escucha su voz afónica y pausada, mientras da la orden de servirle un trago a Bonasera. Cambia el encuadre y se ve al Padrino en un escritorio elegante, acariciando un gato con otras dos personas presenciando la reunión. La escena termina con Don Corleone accediendo a otorgar justicia y con Bonasera besándole la mano. Un cuadro de 6 minutos fue suficiente para contextualizar al poderoso mafioso.
En la escena posterior a que Michael (Al Pacino) es golpeado por un policía y posteriormente a que Don Corleone sufre un atentando, los capos e hijos de la Familia discuten la posibilidad de una tregua, se ve el debate entre los hermanos, Michael se observa en segundo plano, observando, la escena avanza y el cuadro se va cerrando sobre la figura de Michael quien se mantiene en la misma posición y pasa a estar en primer plano, al mismo tiempo que el personaje menciona la frase “los mataré a ambos”. Un personaje que había sido irrelevante fue empoderado y acabado de construir en un close up y un diálogo de 1 minuto, mismo que convierte a Michael en el protagonista de la historia.
En la última escena, Michael ya había sido nombrado como el jefe de la Familia por Vito Corleone, pero se acababa de ganar el respeto de los miembros de su grupo delictivo después de haber hecho justicia en contra de los enemigos y de todos los que habían ofendido a los Corleone, entre otros su cuñado; su esposa Kay le pregunta si los asesinatos son ciertos y Michael le miente, ella sale del cuarto, entran los capos Peter Clemenza y Albert Neri, le besan la mano a Michael al igual que lo hacían con su papá Vito y dejan a Kay, su mujer, afuera de la reunión de hombres. En una escena de 4 minutos, Michael se consolida como el Don de la Familia.
Francis Ford Coppola nos contó una historia completa en 3 escenas, llena de símbolos de poder y con un sentido enorme de honor, que reflejaban los valores de las familias de la mafia en Estados Unidos en los 40´s y 50´s, cuyo comportamiento resultaba incluso más congruente y apegado al deber ser que el de muchas personas que no se dedican a actividades criminales: el respeto de los códigos que determinaban las prácticas de la Mafia bajo el precepto de que, cumplir las reglas y el actuar con respeto, era el único modo de supervivencia y éxito de la Familia Corelone, todo a través de un buen guion, banda sonora, grandes actuaciones y una dirección que raya en la perfección para conceptualizar al poder.

