El 14 de julio de 1889 el pueblo francés tomó la prisión de la Bastilla, una cárcel ubicada en el centro de París a la vista de todos los franceses y que aunque solo tenía para su momento a siete reos, se sabía que estos estaban ahí por razones políticas o caprichos del rey (que muchas veces era lo mismo), convirtiéndose este edificio en una manifestación del poder de la monarquía que a los ojos de los parisinos era inalcanzable; su toma fue de los inicios de un proceso que cambiaría la historia del mundo: La Revolución Francesa.
La Revolución Francesa es el detonante de derechos, libertades, instituciones, conceptos teóricos, aprendizajes históricos, procesos sociales y políticos, y desde luego símbolos. Se trata de una serie de sucesos que marcaron la primera revolución social y popular de la historia en la que el pueblo reconstruyó de modo muy accidentado y con costos altísimos una forma de gobierno republicana con instituciones que pretendían ser democráticas, muchas de las cuales siguen vigentes.
La Revolución tenía un contenido ideológico sustancial generado por los movimientos filosóficos de los enciclopedistas y de los autores de la ilustración, los iluminados. Sin embargo, no todas las personas, menos en la Francia de los 1700 podía leer o comprender a Rousseau o a Voltaire, por lo que se requería de medios para permear con anhelos, convicciones y pasiones, una causa y lucha que arremetía contra la forma de concebir las personas y su rol en la sociedad, es decir, de trasmitir la idea del derecho a vivir en condiciones iguales y equitativas por el simple hecho de ser persona, algo hoy simple, pero entonces, inentendible y le entrego a la gente los porqués de morir o matar en nombre de la Revolución
En este contexto, surge La Marsellesa, un himno compuesto por Joseph Rouget de Lisle nombrado originalmente como “Los hijos de la Patria”. El autor declaró que se inspiró en un cártel que decía “a las armas ciudadanos” y que tomó su nombre actual en 1792, cuando un grupo de personas de la localidad de la Marsella acudió a participar en la defensa de París.
Se trata de una canción militar, que se describe como bélica y que encuadró muchas de las acciones que se hicieron en nombre en nombre de la revolución y que se conocieron en el mundo:
“Marchemos hijos de la Patria
El día de gloria ha llegado
Contra nosotros la tiranía
El estandarte sangrado esta elevado
(…)
Todos son soldados para combatiros.
Si nuestros jóvenes héroes caen,
la tierra produce otros,
listos para luchar contra vosotros!”
La Marsellesa, reconocida en casi un conceso histórico como el himno más bello del mundo, es una invitación a luchar para morir contra la tiranía y por la libertad, ¿se trata acaso de una obra de arte militar?.