Por: Redacción Criterio Diario / Foto Twitter: @jenarovillamil
En 2005, Lydia Cacho publicó ‘Los demonios del Edén’, un libro en el que destapó una red de tráfico sexual de menores en la que participaban empresarios y políticos.
En represalia, fue torturada por orden del gobierno de Mario Marín; Hugo Adolfo Karam Beltrán era el titular de la Policía Judicial de Puebla en ese momento. El 13 de julio se confirmó su detención.
Según el Registro Nacional de Detenciones, Adolfo Karam fue aprehendido en Boca del Río, Veracruz, la detención del exfuncionario tiene que ver con el caso de tortura en contra de la periodista Lydia Cacho. Karam llevaba varios años en calidad de prófugo.
Además de director de la Policía Judicial de Puebla, Adolfo Karam fue secretario de Seguridad del Estado y diputado suplente.
‘’Los hechos que se le imputan, corresponden a su probable participación en una estructura organizada de poder dentro del Ejecutivo del estado de Puebla”.
Dicha estructura, agregan las autoridades de Puebla, fue armada con la finalidad de “afectar la dignidad personal de una periodista [Lydia Cacho], derivado de la publicación de un libro de investigación periodística’’.
En sus redes sociales, Lydia Cacho recordó todo lo que ha sucedido tras la publicación de Los demonios del Edén, en 2005. Su investigación no sólo quedó en denuncia, sino que las personas involucradas en la red de tratantes de menores de edad, así como las involucradas en su tortura, han caído.
“Llevamos casi 19 años encarcelándolos uno por uno… En el año 2010 ganamos el caso para que por órdenes judiciales TODAS las víctimas del tratante de niñas y pederasta sentenciado Jean Succar Kuri pagara por la reparación de daños a las niñas y niños de quienes abusó”, recuerda la periodista. “Le toca a la FGR reivindicar la valentía de esas niñas y reparar el daño”.
Tras publicar el polémico libro “Los demonios del Edén”, el empresario Kamel Nacif acusó a Cacho de difamación. Así, con ayuda del gobierno de Mario Marín, fue detenida y torturada la periodista.
Fue en 2006 cuando La Jornada difundió la grabación telefónica en la que Kamel Nacif y Mario Marín se regodearon tras lo hecho con Lydia Cacho. De ahí le viene el infame apodo al exgobernador de Puebla: “El Gober Precioso”.
Adolfo Karam era el último que faltaba de los acusados de haber participado en la tortura de la periodista Lydia Cacho y, como ella dice: “uno por uno” han sido encarcelados.
