Ted Bundy es uno de los asesinos seriales más estudiados y polémicos de la historia de Estados Unidos. Carismático, atractivo, inteligente y psicópata por definición, Bundy es el responsable confirmado de 36 asesinatos de mujeres jóvenes a las que también agredió sexualmente, pero se sospecha de ser el responsable de casi 70.
La vida de Ted Bundy ha sido estudiada y publicada por muchos psicólogos y psiquiatras que han intentado entender su mente. Bundy nació en 1946 en Vermont, en una familia humilde y fue criado en buena medida por sus abuelos, que le hicieron pensar que su madre era su hermana, ya que lo había tenido sin estar casada. Ted creció como un niño en apariencia normal, pero con personalidad antisocial y cerrada, además de que maltrataba animales constantemente.
Bundy empezó a estudiar psicología y resultó ser buen estudiante, inició una relación con una compañera de la universidad, Stephanie Brooks, pero ella lo dejó y él se obsesionó con ella, continuó enviándole cartas para intentar recuperarla. Dos años después, inicia una relación con Elizabeth Kloepfer, y empieza a estudiar derecho, además de involucrarse políticamente en el Partido Republicano y en actividades comunitarias de servicio social.
En 1974, Bundy realizó su primer asesinato confirmado: la estudiante universitaria Joni Lenz a quien golpeó con una barra de hierro, violó y asesinó en el dormitorio de su universidad, lo que inició con una cadena de asesinatos de diferentes estudiantes universitarias que respondían al mismo tipo: mujeres jóvenes morenas con cabello negro, las mismas características físicas de su mamá y de su novia Stephanie.
Entre 1974 y 1987, Bundy asesinó a otras 35 mujeres con dichas características, ganándose su confianza con su atractivo físico y carisma, en ocasiones con una táctica en la que se enyesaba el brazo y pedía ayuda para cargar libros. Fue su pareja Elizabeth, quien lo denunció a la policía, siendo finalmente arrestado.
En su segundo juicio, solicitó ser su propio abogado defensor, por lo que éste se volvió demasiado mediático, lo que le generó a Bundy hacerse de fanáticos que le escribían cartas y lo visitaban en la cárcel, una de ellas fue Carlo Anne Boone con quien ya preso tuvo un hijo. Ted Bundy pospuso con estrategias legales su ejecución, hasta que ésta se llevó a cabo en 1989, mediante la silla eléctrica.
