El caníbal de Atizapán

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Además de privarlas de la vida cometía canibalismo.

Andrés Filomeno Mendoza, originario del estado de Oaxaca, quien había llegado a la capital de México en 1980, se había convertido a sus 72 años en un vecino conocido por ser agradable y servicial, características que en 2015 lo convirtieron en presidente del comité vecinal de su colonia, quien incluso en más de una ocasión, obsequió “carne de jabalí”, proveniente de su negocio, el cual había sostenido a lo largo de los años en su comunidad.

Sin embargo, en mayo de 2021 el cuerpo sin vida de una mujer, amiga de Andrés, Reyna Amador, reportada como desaparecida, fue encontrado por su marido, un comandante de la policía, en la casa de Filomeno Mendoza en Lomas de San Miguel, Atizapán. Pese a los hechos las autoridades aún ignoraban la magnitud del caso.

Después de 31 años habían dado con el paradero del responsable de ser el más siniestro feminicida serial y uno de los homicidas más sanguinarios en la historia de México, “El caníbal de Atizapán”. Esto tras descubrir que Andrés Filomeno Mendoza poseía un registro meticuloso en el que detallaba los rasgos y datos de 29 mujeres, presuntas víctimas desde los años 90’, junto con algunas de sus pertenencias, además de cintas y fotos de los crímenes perpetrados.

Asimismo, se halló que no solo había asesinado brutalmente a varias personas, sino que también practicaba actos de canibalismo con los cadáveres. Estos hechos sádicos y grotescos que dejaron a su comunidad y a todo el país, en estado de shock y horror.

Su modus operandi consistía en engañar a sus víctimas con el pretexto de ofrecerles ayuda, luego de citarlas en su domicilio para proceder con su cometido. Los restos eran posteriormente sepultados.

Cabe destacar que el Caníbal de Atizapán se valió de sus conocimientos de carnicero, oficio al que se dedicó gran parte de su vida, para llevar más allá sus actos psicópatas.

Una vez detenido y puesto bajo prisión preventiva, fue vinculado a proceso pues manifestó tener intenciones de decir la verdad. Declaró que, tras una acalorada discusión motivada por su confesión amorosa y el consecuente rechazo, había segado la vida de Reyna. De igual forma corroboró haber repetido estos actos aberrantes con otras cuatro mujeres cuyos cuerpos yacían sepultados en su recinto.

Actualmente se encuentra en prisión vitalicia debido a las investigaciones que aún se llevan a cabo de otras víctimas que han podido ser identificadas.

Su caso llegó a la televisión a través de la producción auspiciada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la serie documental “Caníbal: indignación total”, con el objetivo de crear conciencia sobre el feminicidio en el país.