Una vez más llegamos a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara y con las noticias que han salido últimamente, este año si no me hubiera gustado ir, pero enfoquémonos en lo bueno, porque, como todo, tiene sus partes buenas, como el homenaje a Raúl Padilla, el fundador de la FIL, con la presencia colegas, escritores, su familia y público en general; el escritor Héctor Aguilar Camín dijo que “Raúl Padilla es el político de la responsabilidad, el que salva la ciudad aún si es al precio de su alma”.
Lo cual nos lleva a recordar que nuestro presidente, López Obrador, declaro que la FIL es “siempre una especie de cónclave de derecha” donde van escritores neoliberales Mario Vargas Llosa, Enrique Krauze, Martín Moreno y el ya mencionado Aguilar Camín.
“A mí me han invitado en muchos años y nunca he ido y tiene buena fama porque incluso son muy buenos para la simulación. Se invitaba a Saramago y a escritores buenos y progresistas, además como se destinaba y se sigue destinando mucho dinero público para eso, son gastos pagados en los mejores hoteles, buenos viáticos, y no estoy en contra, nada más decir que tiene una tendencia conservadora. Yo por eso no voy”.
Por algún motivo, aunque el Presidente se la pasa diciendo que cuando acabe su mandato se dedicara a escribir libros, no me lo imagino en el circulo literario del país y no creo que muchos de los escritores se interesen en convivir.
Pero bueno, entre otras cosas bonitas estuvo el homenaje a Mafalda, que es una guía de vida en muchos miembros de mi familia materna; tenemos una extraña obsesión, el decir algunas frases o palabras de los comics es manda, mi favorita es “Pichiruchi”; Mafalda fue considerada “peligrosa” para la dictadura argentina, que sería traducida a más de 30 idiomas, y que se convertiría en uno de los iconos culturales más grandes de América Latina. Benito Taibo inició el homenaje con un chiste que sólo los que hemos leído a Mafalda entendemos; “a quien le guste la sopa, que por favor se retire de la sala”.
José Saramago le confesó a Quino, el creador de Mafalda, que ella había sido su primera maestra de filosofía; en Italia era casi considerada un icono nacional. De cómo un editor quiso llevar a Mafalda a los Estados Unidos, pero “Mafalda era demasiado sofisticada para los niños norteamericanos”. De cómo Benito Taibo, en su juventud, se encerraba en el baño por demasiado tiempo a leer Mafalda.
“Mafalda no corresponde a ningún tiempo, sino a todos. En tiras escritas hace más de medio siglo, Mafalda le pone un curita a su globo terráqueo, en concreto a la franja de Gaza. En otra secuencia, Mafalda escucha desconsolada cómo el Papa hace un llamado a la paz. Han pasado décadas, y abrir las páginas de Mafalda siguen siendo un reflejo de nuestros tiempos”.
“Si algo nos enseña la historieta es que la imbecilidad humana no tiene fecha de caducidad”, no hay una palabra de mentira en esta frase.
Cuando en la ronda de preguntas al editor de la tira cómica, uno de los asistentes preguntó que habría dicho Mafalda sobre el nuevo presidente electo de Argentina, Javier Milei, Daniel Divinsky dio una respuesta rotunda. “Quino no acostumbraba a usar malas palabras” afirmó, y finalizó: “pero con Milei haría una excepción”.
La FIL apenas comienza y tristemente ahorita van muchas cosas… cuestionables, gracias a la presencia de varios políticos, personalidades de la farándula y seres figurosos varios; esperemos que todo sea para bien y al final, lo que sobresalgan sean los libros.
