Sven-Göran Eriksson revela que fue diagnosticado con cáncer terminal

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Por: Redacción Criterio Diario / Foto X: @ Tom__Haaland

Sven-Göran Eriksson dirigió en dos mundiales a la Selección de Inglaterra; en MExico no duró al frente de la selección nacional ni un año, todavía se le recuerda por la expectación que provocó su llegada. Sven-Göran Eriksson ha sido, quizás, el director técnico con más renombre en el banquillo de México y hoy, 11 de enero, da a conocer que tiene cáncer terminal.

En una entrevista ofrecida por el también exjugador Sven-Göran Eriksson revela que está diagnosticado con cáncer terminal y que el pronóstico no es nada alentador: quizás sólo tiene un año de vida, quizás menos.

“Sé que en el mejor de los casos es alrededor de un año [de vida], en el peor de los casos incluso menos”, acepta Eriksson. “O en el mejor de los casos supongo que incluso más. No creo que los médicos que tengo puedan estar totalmente seguros; No pueden ponerle un día”.

Sven-Göran Eriksson llegó a la selección nacional en junio de 2008, resultaba atractivo tener en el banquillo tricolor a un técnico que venía de dirigir a Inglaterra en dos Mundiales, 2002 y 2006.

En cuanto a clubes, Eriksson dirigió clubes de su natal Suecia, pero se hizo de renombre en Italia. Luego de un buen paso por el Benfica de Portugal, pasó por la Roma, la Fiorentina y Samporia de la Serie A. Con este último club ganó la Copa de Italia en 1994, pero fue con la Lazio que se consolidó como estratega de nivel internacional al ganar la Copa Italia y la Supercopa de Italia en 1998 y 2000, además de la Recopa de Europa (1999) y la Serie A del 2000.

Sven-Göran Eriksson comentó que la enfermedad lo ha disminuido físicamente, de hecho, desde hace 11 meses tuvo que renunciar a su cargo de director deportivo del club sueco Karlstad.

“Todos pueden ver que tengo una enfermedad que no es buena y todos suponen que es cáncer, y lo es”.

Eriksson señala que prefiere no pensar en el asunto y llevar una vida lo más normal que se pueda.

“Tienes que engañar a tu cerebro. Podría andar por ahí pensando en eso todo el tiempo y sentarme en casa y sentirme miserable y pensar que tengo mala suerte, etc”.