¿Y si dejamos de parpadear un rato?

Articulos Criterios Martha Vargas Vázquez

Mira…

Parpadeaste y estás en febrero. Y entre parpadeos y parpadeos crecieron tus hijos, se fueron tus padres, dejaste de ver a amigos, sigues con tú vida diaria y la monotonía que cada día te estresa y aburre.

Parpadeaste y se te pasa la vida entre las carreras, el trabajo y el dinero que no alcanza y los sueños que dejaste encajonados para “cuando se pueda”. Te preguntaría ¿Cuándo será que se pueda? Harás ese alto a tu día a día para poder dedicarte ese tiempo para ti y dejar de vivir con prisa y estresada

Y mientras parpadeamos sin registrar al otro, nos perdimos un rato de risas, un abrazo, un amor, una caricia y un último te quiero a ese alguien que ya no veremos.

Parpadeamos frente al espejo solo para arreglarnos y salir presentables al trabajo, a la compra, a la escuela de los hijos y para ir a preparar los alimentos. No hacemos un alto a ese vivir de prisa sin pararnos frente al espejo y poder decir: “este tiempo es para mí”.

¿Y si dejamos de parpadear un rato?, digo si dejamos la velocidad, del automatismo que nos imprime la vida y empezamos a mirar.

Mira a tu hijo mientras hace la tarea, a tu madre mientras dobla la ropa, a tu pareja mientras comen juntos, a tus amigos cuando se reúnen. Mirarnos a nosotros mismos, actualmente, aunque estemos con la familia, amigos o pareja nos gana la tecnología y vemos a nuestro celular y no ponemos atención a lo que nos dicen o cuentan, muchas veces contestamos en automático.

Que pasa cuando esas personas ya no están, viene el dolor de haber perdido ese tiempo tan valioso para disfrutar su compañía y charla. Viene si hubiera hecho, dicho, etc. Y vemos que ya no hay tiempo o a quien dárselo. Disfrutemos el tener vida y a nuestros seres queridos a nuestro lado, poder disfrutar la vida a su lado, los momentos de felicidad a su lado.

Dejemos de ser autómatas que todo lo realizamos mecánicamente y no hacemos un alto para disfrutar el cielo, las flores, los aparadores y en general la vida que pasa frente a nosotros a toda prisa, si, a toda prisa y que cuando la vida nos sienta o nos paraliza nos damos cuenta de cuánto tiempo perdimos y lo peor cuantas cosas y personas dejamos de disfrutar. De repente nuestra salud, de familia o de amigos ya no permite que podamos reunirnos, nuestros hijos crecen y se van a hacer sus vidas, nuestros padres mueren, nosotros mismos enfermamos y ya no podemos ir a ningún lado o solo con ayuda. La vida nos ofrece la oportunidad de mirarla, de vivirla, sentirla y lo mejor de disfrutarla. No esperemos a que la gente muera y nos venga el arrepentimiento de cuantas cosas nos faltaron por hacer y disfrutar a su lado. Muchos de mis pacientes durante la terapia me hacen saber que mucho tiempo no disfrutaron a las personas amadas que ya trascendieron. Haberse perdido de su compañía y de buenos momentos que no se pueden ya recuperar. Esto hace más difícil poder vivir su duelo ya que creen que ellos les quedan a deber a la qente que ya no está en este plano.

Cuando postergamos el hacer ejercicio, ir a comprar algo para nosotros, visitar a nuestros padres y amigos, disfrutar una tarde con los hijos viendo películas, cocinar para nuestros seres queridos y poder dedicar tiempo para nosotros, nuestro cuidado personal. Disfrutar una ducha caliente sin la prisa del reloj y con los minutos contados para llegar al trabajo o a dejar a los hijos en la escuela. Arreglarnos el cabello o las uñas, sentarnos a tomar nuestra bebida favorita con toda la calma, caminar viendo un atardecer, abrazar un árbol, sentir el pasto descalzo, cuidar nuestras flores, cocinar nuestro platillo o postre favorito. Simplemente darnos el tiempo para nosotros, eso es demostrar todo lo que nos amamos, estando bien con nosotros mismos haremos la diferencia con la gente que está alrededor de nosotros y podremos ser y hacer feliz a todos.

Gánale alegría al tiempo, que si va a pasar, si va a arrasarnos, al menos que nos lleve llenos de miradas y sonrisas. Y, sobre todo que el tiempo nos encuentre celebrando, porque a esos momentos de felicidad yo creo que no se los lleva ni la muerte. Quedan grabados en el espacio infinito, contagiando energía.

Hoy tengo ganas de empezar a mirar…

Tengo ganas de empezar a mirar.

Página en FB www.facebook.com/tanatologiaadiosalduelo

Instagram @marthatanatologa