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Las drogas, la música y los enrevesados

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Asociamos diferentes tipos de arte, particularmente, el de la música con las drogas, esto se ha convertido en un lugar común. Pero antes no era tan estrecha dicha relación, pues si hubo músicos con adicciones al alcohol, pero es quizás desde los años 60 hasta la actualidad, que la relación entre “las drogas, el rock, los escenarios” se hizo simbiótica.

Sin embargo vale preguntarse: ¿el artista es artista por su especial sensibilidad que, a la vez, lo hace vulnerable a las enfermedades mentales?, ¿es propenso a las adicciones?, o simplemente, la creación cultural de una relación romántica entre la música, la inspiración y las excentricidades, ¿llevan al consumo adictivo de las drogas?, ambas posiciones pienso que son válidas, y quizás no se contrarían.

Lo cierto es que, hay canciones icónicas de los años 60, 70, 80, etc., que cantan anécdotas relacionadas con las drogas, veamos.

En los 70, sale esta rolaza, “Canción para mi muerte”, del legendario duo argentino, Sui Generis… la historia detrás, Charly García, luego de una sobredosis mientras prestaba servicio militar, y con la intención de que lo enviaran de nuevo a su casa, tuvo según él, un profundo sueño psicodélico en el cual sintió la presencia de la muerte y al despertarse, toma un lápiz y un papel, y escribe la letra de esta canción, la que será su primer gran éxito. Tiempo después y luego de ser declarado “maniaco-depresivo”, Charly obtiene la baja militar.

“Hubo un tiempo que fue hermoso

y fui libre de verdad,

guardaba todos mis sueños

en castillos de cristal.

Poco a poco fui creciendo,

y mis fábulas de amor

se fueron desvaneciendo

como pompas de jabón”. Canción para mi muerte.

Por cierto, ahora que surge el tema, sería un desatino no dedicar una columna a Charly García, este rockstar latinoamericano (nuestro John Lennon latino), así que, queda pendiente una corta cuasi bibliografía de este loco, sensible y muy popular artista.

Otra canción, Rehab, de la artista Amy Winehouse, la cual se hizo mundialmente conocida por su voz, sus canciones y su drogadicción. Rehab, fue compuesta mientras Amy en camino a las grabaciones de su canción Black to Black, le contaba a su productor que muchas personas le decían que debía ir a rehabilitación, ante lo cual, ella decía, “no, no”, su productor le sugirió que escribiera sobre eso, a las pocas horas, Amy ya tenía la letra de su próximo éxito.

They tried to make me go to Rehab But I said no, no, no Yes I’ve been black, but when I come back You’ll know, know, know I ain’t got the time And if my daddy thinks I’m fine They tried to make me go to Rehab But I won’t go, go, goIntentaron hacerme ir a rehabilitación Pero dije no, no, no Sí, he estado mal, pero cuando regrese Sabrás, sabrás, sabrás No tengo tiempo Y si mi papi piensa que estoy bien Intentaron hacerme ir a rehabilitación Pero no me iré, iré, iré

En los 80, la fiebre de la heroína, era un problema de salud pública incontrolable, aún hoy continúa siendo junto con otras drogas fuertes, como las anfetaminas y el fentanilo, un fenómeno social complejo; lo cierto es que, las bandas del rock épicas y principalmente anglosajonas, como los Guns and Roses, Queen, Pink Floyd, Black Sabbath, Motley Crue, artistas como David Bowie, Rob Stewart, Jimi Hendrix, Janis Joplin, inmortalizaron la imagen asociativa del rock con las drogas,  y en especial, con la sobre dosis.

No en vano, las giras mundiales de estas bandas estaban acompañas de escándalos, cómo olvidar, la gira de Guns and Roses en Latinoamérica, en particular en Argentina, en ese momento, los padres de familia, e incluse las organizaciones religiosas y el mismo presidente, afirmaban que esta música satánica incitaba al odio y a las drogas, por lo cual, cientos de padres de familias encerraron a sus hijos para que no asistieran al concierto, todo lo cual, se recrudeció después de que se supiera que una de la jóvenes fans de la banda, se suicidó. Lo mismo sucedió con el concierto de Queen en 1981, cuando debido a la presión de grupos católicos, el evento no pudo darse en la CDMX, por lo que se terminó realizando en el estadio Cuauhtemoc en Puebla.

Aun cuando la prohibición y la satanización contra lo nuevo y contra los cambios musicales, siempre suelen tornarse en cacerías de brujas y evangelizaciones (hipócritas), no se puede negar, que múltiples éxitos rockeros, metaleros e inclusive de folk, entre otros ritmos musicales, hablaban directamente de lo que sucedía en la juventud ochentera, y de las adiciones a la heroína., el famoso Slash de los Guns, menciona que Izzy, escribió la canción Mr. Brownstone (piedra marrón), mientras, se inyectaban heroína en el departamento de la novia de este, lamentándose de no poder controlar su adicción, Brownstone, en la jerga callejera estadounidense, es una palabra en clave para referirse a un tipo de heroína.

Show usually starts around seven We go on stage around nine
Get on the bus about eleven
Sippin’ a drink and feelin’ fine
We’ve been dancin’ with Mr. Brownstone He’s been knockin’
He won’t leave me alone
No, no, no, no
Espectáculo generalmente comienza por eso de las siete
Vamos al escenario por eso de las nueve
Tomo el autobús cerca de las once
Bebiendo un trago y sintiéndose bien
Hemos estado bailando con el Sr. Brownstone
Ha estado llamando
No me dejará en paz

Aunque los ejemplos más representativos estén relacionados con tipos musicales asociados al rock, metal, etc., y a la “juventud”, una afirmación absoluta sobre esto, seria una falacia, pues ritmos musicales tropicales y de origen latinoamericano, como el vallenato, la ranchera, entre otros, también han contado con expositores famosos que han fallecido o han sufrido los excesos de las drogas.

Finalmente, creo que una buena descripción de esta relación de odios y amores, entre el arte y las drogas, la cantó el maestro Fito Paez.

Yo era un pibe triste y encantado

De Beatles, Caña Legui y maravillas

Los libros, las canciones y los pianos

El cine, las traiciones, los enigmas

Mi padre, la cerveza, las pastillas, los misterios

El whisky malo, los óleos, el amor, los escenarios

El hambre, el frío, el crimen, el dinero y mis diez tías

Me hicieron este hombre enreverado. Al lado del camino.