La suerte y malasuerte de Paul Auster.

Actualidad Angelica Lobato Torres Articulos

El 30 de abril, se anunció el fallecimiento de Paul Auster, el célebre escritor nacido en New Jersey en 1947. Auster cautivó al público con sus novelas, ensayos, poemas y obras autobiográficas, y dirigió películas protagonizadas por actores de renombre como Harvey Keitel, Forest Whitaker y Madonna.

En las obras de Auster, a menudo permanece escondido; él disfrutaba dejando sutiles pistas que, aunque secretas, estaban a la vista para quien supiera buscarlas. Utilizaba, por ejemplo, las iniciales o segundos nombres de sus personajes, o incluso nombres de sus familiares. Además, algunos personajes aparecen de una historia a otra. No obstante, intentar ensamblar estas pistas puede llevar a un laberinto o a una vasta red que, según mi experiencia, no tiene un final satisfactorio. Como Auster escribió en “La habitación cerrada”: “lo esencial se resiste a ser contado”.

Auster se destacó como defensor de las libertades, negándose a visitar países “sin leyes democráticas”. Declinó ir a China y, en protesta por el encarcelamiento de más de un centenar de periodistas y escritores, también rechazó una invitación en Turquía relacionada con la publicación de su libro “Diario de invierno”. En Estados Unidos, lideró un grupo de escritores en oposición al gobierno de Donald Trump.

El azar, es el tema más recurrente y perceptible en la obra de Auster, esta especie de obsesión nació a partir de dos momentos de su vida: uno cuando pudo haber muerto electrocutado por un rayo cuando era niño, y, otro, cuando uno de sus jugadores favoritos de beisbol, su deporte favorito, no le pudo firmar una pelota porque ninguno de los dos tenía una pluma en el bolsillo.

El azar se manifiesta en su obra como un elemento director de los encuentros que definen nuestra humanidad. Es como si en los pequeños momentos, el mundo o la existencia nos enviara señales para reflexionar sobre nuestro rol en la Tierra.”

“Baumgartner” representa la última obra de Paul Auster, su legado literario y posiblemente su adiós a la escritura y quizás a la vida misma. La novela, centrada en Baumgartner, el personaje principal, aborda la pérdida de un ser amado, tema con el que el autor, marcado por la muerte accidental de su nieto y el suicidio de su hijo, tiene una conexión personal.

Relata cómo Baumgartner pierde a su compañera, Anna, el amor de su vida, una nadadora excepcional que muere al ser golpeada por una ola mortal. Baumgartner, al igual que Paul Auster, es un escritor, sentado ante el mismo escritorio, en la misma habitación, lidiando con la incapacidad de escribir pero ahora viviendo una nueva existencia sin Anna, una mujer que vivía a su manera y nunca aceptaba un no por respuesta.

Uno podría asumir que habla de su esposa y él “sería” Ana. “Vivir es sentir, dijo para sí, y vivir con miedo al dolor es negarse a vivir”.

Su obra más conocida es “La trilogía de Nueva York”, está conformada por las novelas «Ciudad de cristal», «Fantasmas» y «La habitación cerrada», esta trilogía nos sumerge en una ciudad que es mucho más que un simple escenario, convirtiéndose en un personaje más de la historia. Cuenta la historia de un escritor llamado Daniel Quinn que se encuentra en una crisis creativa. Decide aceptar el trabajo de un hombre misterioso llamado Paul A. A cambio de dinero, Quinn debe escribir la biografía del propio A, pero todo se complica cuando A desaparece misteriosamente y Quinn decide investigar su vida en Nueva York. Una obra tanto filosófica como policiaca.

Auster creo más de 16 novelas, nueve libros de no ficción, cuatro de ensayos, dos obras dramáticas, cinco guiones de películas y un sin número de poemas y traducciones, con los que se convirtió en uno de los autores estadounidenses más importantes en el mundo, durante la segunda mitad del siglo XX.

Y como ya les había contado, yo no creo en las coincidencias, las cosas pasan por algo…. Algunas decisiones las tomamos por las circunstancias que se ponen en nuestro camino y no nos queda mas desarrollar la capacidad de ver las cosas que nos dirigen en nuestra vida, “La realidad no existe si no hay imaginación para verla”.