El villano Diego Rivera

Angelica Lobato Torres Articulos Criterios

Cada vez que encuentro un nuevo documental de Frida Kahlo me frustra el que no hay un solo documental que hable de Diego Rivera; para muchas feministas el gran villano de la historia de uno de los iconos del feminismo mexicano que existen, pero la leyenda de Diego empezó antes de Frida y terminó varios años después de ella, sin embargo Frida no sé si hubiese llegado a ser Frida sin él.

Diego Rivera comenzó a estudiar en la escuela de arte a los once años en Guanajuato, como nos cuenta el libro “Diego Rivera: trazos del mito” de Margarita de Orellana; “Diego Rivera. Palabras ilustres 1886-1921” de Juan Coronel Rivera habla de su época de estudiante en Academia, cuando aún no construía su estilo y no reflejaban sus creencias, tanto personales como políticas, Se trata de un testimonial de un alumno formado por grandes maestros que en aquellos años logró capturar las palabras de José María Velasco: tener un gran amor y respeto por el arte.

En sus veintes ya era una de las figuras más influyentes de la escena parisina del aún joven siglo xx, junto a Picasso, Modigliani, Braque, Gris y Blanchard, lo que lo llevo a tener una personalidad gigante, como la de los demás surrealistas de la época, a los cuales Frida criticó más de una vez por fantoches.

Los murales que Rivera pintó en México y Estados Unidos reflejan los contrastes de su carácter y su tiempo. Conoció a Lenin en París y a Stalin en Moscú, y le dio asilo a Trotsky durante su exilio en México, al tiempo que aceptaba encargos de los gigantes capitalistas de la época, como Henry Ford y John D. Rockefeller, porque tenía sus ideales pero le gustaba la buena vida, no lo negaba ni se daba golpes de humildad, porque realmente, la humildad no existía en él, por más que él quisiera resaltar su amor por México, conocía y, yo creo, hasta explotaba a los más pobres; como si ese filtro amarillo de las cual los ahora críticos se quejan con los que las películas americanas representan a México, está clarísimo en la obra de Rivera.

Las pinturas de Rivera, de vivos colores, gráficas y a menudo monumentales, tienen la misma carga apasionada y política que la biografía personal del autor, las influencias europeas, como el cubismo, con una ideología socialista y un legado popular e indígena de México, creó una nueva iconografía para la historia del arte y para su país. Se convirtió en una de las figuras más importantes del movimiento mural mexicano y se ganó el reconocimiento internacional por sus pinturas murales en edificios públicos en las que presentaba una visión utópica, aunque accesible, de un México posrevolucionario.

En su vida personal, en la mayoría de las historias él es el malo, malo maldito, Elena Poniatowska, nos cuenta la historia de su primera esposa en “Querido Diego, te abraza Quiela”; Angelina Beloff sufre la muerte de su hijo y como Diego, luego de 10 años se va de Paris para volver a México; Quiela se hunde en la tristeza general de la posguerra en Europa y ni siquiera en la pintura encuentra consuelo. Su catarsis son las cartas que le escribe, que nunca tienen respuesta y la hacen venir a México. ¿Malo? No estoy segura ¿Perro egoísta? Mucho.

“En dos veces única” la Poni nos habla de la segunda señora Rivera, Lupe para la historia aparece en la mayoría de las historias como la pobre mujer a quien Diego abandono para para irse con Frida, pero este libro nos dice que no fue que le rompiera el corazón, sino que le pego en el orgullo,  Lupe nunca hubiera sido una mujer abnegada que hubiera soportado todo lo que Frida y Angelina le soportaron, simplemente quería el lugar que se merecía como esposa y madre de sus hijos y creo esa actitud fue la que hizo que al final, aunque fuera como confidente y amiga,  Diego siempre volvió con Lupe.

Diego es más que Frida y mucho más que sus murales; me gusta más Siqueiros pero bueno… prefiero a Diego que a Frida, es más Diego, era más feminista que ella: “Creo firmemente que la mujer no está hecha de la misma pasta que el hombre. La mujer es la humanidad. Los hombres somos una subespecie de animales, casi estúpidos, sin sentido ni sentidos, inadecuados completamente para el amor, creados por la mujer para ponerse al servicio de la especie inteligente y sensitiva que ellas representan”.