Por: Redacción Criterio Diario / Foto X: @Meganoticias
Frente a las críticas nacionales e internacionales sobre su afirmación de que ganó las elecciones presidenciales de julio, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está tratando de dirigir la atención del país hacia algo que casi todos los venezolanos aman: la Navidad.
La temporada de festividades comenzará el 1 de octubre de este año, anunció el lunes en su programa de televisión, Con Maduro más, y le dijo a un público amistoso que estaba adelantando el inicio de la temporada por medio de un decreto nacional.
“¡Ya huele a Navidad!”, dijo a la multitud, que incluía a su esposa y varios altos funcionarios. El público respondió con vítores y aplausos. La temporada comenzaría, dijo, “con paz, felicidad y seguridad”.
Esta no es la primera vez que Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013, ha adelantado tanto la temporada navideña. La decisión fue objeto de numerosas burlas en internet. Un periodista de Univisión, Félix de Bedout, la calificó de “delirio de dictador”.
Mientras familias angustiadas hacían fila a las afueras de los centros de detención, en busca noticias de sus seres queridos, Maduro anunció el inicio de la Navidad.
Algunas personas, por supuesto, lo han defendido. “¿Quién puede negarse a extender la época más linda del año?”, escribió Barry Cartaya, periodista de un canal de televisión progubernamental, en la plataforma de medios sociales X. Calificó a los críticos de “amargados” y llenos de odio.
En Venezuela, la Navidad es una fiesta muy querida cuya celebración es prácticamente un deber patriótico.
Las festividades suelen comenzar días o semanas antes de Nochebuena, con grandes grupos de familias y amigos que se reúnen para preparar hallacas —tamales rellenos de carne, aceitunas y pasas— y cantar canciones populares llamadas gaitas.
En los últimos años, la época navideña se ha vuelto agridulce: tantos venezolanos han emigrado en medio de la crisis económica y política que las fiestas dentro de la nación son mucho más reducidas. Este año, seguramente participarán muchas personas conectadas por videollamada, y se rendirán homenajes a amigos y familiares desaparecidos en el sistema penitenciario o a manifestantes asesinados por sus creencias.