Un Duelo
Todos somos felices de festejar y ser felicitados en nuestros cumpleaños, muchos de nosotros esperamos esa fecha del año única donde somos los protagonistas de felicitaciones, regalos y somos los que apagamos las velitas.
Esas veinticuatro horas pasan volando por atender felicitaciones y asistir a festejos. Somos el centro de atención de nuestra familia, pareja y amigos. Tantas muestras de cariño nos alimentan por un año, estamos felices porque vendrán más cumpleaños.
Pero días antes del cumpleaños, tal vez meses antes iniciamos la planeación de tan anhelado evento, pero también iniciamos un balance de lo realizado y quizás analizamos si se realizaron nuestros deseos al apagar las velitas del año anterior y nos damos cuenta de que los años han pasado y que no se ha logrado todo lo deseado. Pero también puede ser lo contrario que se han alcanzado las metas y hemos realizado nuestros sueños. Pero nos analizamos dándonos cuenta que cada cumpleaños no es un cumpleaños más, quizás es un año menos que tenemos de vida.
Como siempre lo he dicho y es sabido no tenemos la fecha en que vamos a trascender, pero no por no tener el momento exacto dejamos de darnos cuenta de que ya no tenemos el mismo tiempo por delante, es decir, entramos en Duelo por la pérdida de tiempo en la vida. Entre más años cumplimos menos tiempo tenemos por delante y analizamos lo logrado y nos provoca satisfacción, pero lo no alcanzado nos provoca insatisfacción. Esto provoca que volvamos a trazar nuevas metas o caminos distintos para alcanzar nuestras metas.
Cuando entramos en Duelo podemos pasar rápidamente las cinco etapas pertenecientes al Duelo; pero también podemos quedar atorados en alguna de ellas.
Debemos de hacer un análisis de los años vividos de preferencia un día antes o un día después de cumplir años y si es posible escribir una lista de lo logrado, de lo que tenemos de los bellos momentos vividos a lo largo de la vida no solo por un año, es decir, por lo largo o corto tiempo que hemos estado aquí. Sacar la cuenta y ver que la balanza siempre se inclina a nuestro favor.
Sabemos que estamos de paso en esta vida, no sabemos cuántos años más estaremos por aquí. Lo que si debemos hacer es planear como deseamos vivir la vida que nos resta. Cuidar nuestro cuerpo, nuestra alimentación, hacer ejercicio y tener de la mejor forma la salud para poder vivir intensamente la vida restante. No podemos cada cumpleaños tirarnos a la depresión que provoca el darnos cuenta de que falta menos tiempo por vivir, debemos agradecer el haber llegado hasta aquí y trabajar en nosotros para poder estar bien para los años que estén por venir.
Debemos disfrutar al máximo los festejos y no permitir que se opaque ese día lleno de felicitaciones, abrazos, festejos, buenos deseos y pastel. Demos rienda suelta a disfrutar nuestro día, el día en que venimos a este mundo a disfrutar y aprender.
Agradezcamos la vida que hemos tenido y todo lo bueno que está nos ha dado, los logros alcanzados y las metas logradas. Debemos desearnos a nosotros mismos una inmensa felicidad y auto abrazarnos y poder sentir que estamos vivos y que es nuestro día para dejar que todo mundo celebre nuestra vida.
Es normal sentir nostalgia por la juventud que quedo atrás y por los seres queridos que ya no están a nuestro lado para festejar nuestra vida en este día tan importante. Pero debe quedar en nostalgia sin llegar a caer en alguna de las cinco etapas del Duelo y mucho menos atorarnos por mucho tiempo en una de ellas.
De aquí la importancia de felicitar a nuestros seres queridos, familiares y amigos por su cumpleaños y hacerlos saber que festejamos su vida y agradecemos por tenerlos en nuestra vida. Cada día debemos celebrar y agradecer que estamos vivos y que tenemos una nueva oportunidad de lograr nuestros sueños. Día a día vivir la vida y no preocuparnos por cuanto tiempo tenemos para adelante, disfruta y vive intensamente tu vida.
¡Feliz cumpleaños!
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