Por: Redacción Criterio Diario / Foto X: @ rolandoteleSUR
La detonación de miles de localizadores dirigidos contra Hezbolá en Líbano ha dejado un misterioso rastro desde Taiwán hasta Hungría, al tiempo que ha aumentado la perspectiva de otra guerra a gran escala en Medio Oriente entre el grupo respaldado por Irán y su archienemigo Israel.
La agencia de espionaje israelí Mossad, que cuenta con un largo historial de sofisticados ataques en suelo extranjero, colocó explosivos en el interior de buscapersonas importados por Hezbolá meses antes de las detonaciones del martes en las que murieron nueve personas, según dijeron a Reuters una fuente de seguridad libanesa de alto nivel y otra fuente.
La operación fue una brecha de seguridad sin precedentes de Hezbolá que hizo explotar miles de localizadores en todo Líbano, hiriendo a casi 3 mil personas, entre ellas muchos de los combatientes del grupo y el enviado de Irán a Beirut.
Al parecer, el complot llevaba muchos meses gestándose, según dijeron varias fuentes a Reuters. Se produjo tras una serie de asesinatos de comandantes y dirigentes de Hezbolá y Hamás atribuidos a Israel desde el comienzo de la guerra de Gaza.
Un funcionario estadunidense dijo que Israel había informado el martes a Estados Unidos sobre la operación, en la que se habían detonado pequeñas cantidades de explosivos colocadas en secreto en los bípers, una vez hubo concluido. La persona habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a comentar la información de forma pública.
Un ex oficial de manejo de explosivos del Ejército británico dijo que un dispositivo explosivo tiene cinco componentes principales: un recipiente, una batería, un dispositivo activador, un detonador y una carga explosiva.
“Un bíper ya tiene tres de esos”, explicó el ex militar, que habló bajo condición de anonimato porque ahora trabaja como consultor con clientes en Medio Oriente. “Sólo necesitarías añadir el detonador y la carga”.
La fuente de seguridad libanesa de alto nivel identificó una fotografía del modelo del busca, un AR-924. Los combatientes de Hezbolá han estado utilizando buscapersonas como medio de comunicación de baja tecnología en un intento de eludir la localización israelí.
La fuente de seguridad libanesa de alto nivel dijo que los dispositivos habían sido modificados por el servicio de espionaje de Israel “a nivel de producción”.
“El Mossad inyectó una placa dentro del dispositivo que tiene material explosivo que recibe un código. Es muy difícil detectarlo”.
La fuente dijo que unos 3 mil de los localizadores explotaron cuando se les envió un mensaje codificado, activando simultáneamente los explosivos. Otra fuente de seguridad dijo que en los nuevos buscapersonas había ocultos hasta tres gramos de explosivos y que Hezbolá no los había detectado durante meses.
Las detonaciones comenzaron sobre las 15:30 hora local en el sur del Líbano, en los suburbios del sur de Beirut conocidos como Dahiyeh y en el valle oriental de la Bekaa, todos ellos bastiones de Hezbolá. Testigos y residentes de Dahiyeh afirmaron que seguían oyendo explosiones a las 16:30 hora local.
Según fuentes de seguridad e imágenes revisadas por Reuters, algunas de las detonaciones siguieron al sonido de los buscapersonas, lo que hizo que los portadores pusieran las manos sobre ellos o se los llevaran a la cara para comprobar la pantalla.
Las explosiones fueron relativamente contenidas, según las imágenes revisadas por Reuters. En dos fragmentos distintos de grabaciones de CCTV de supermercados, las explosiones sólo parecieron herir a la persona que llevaba el localizador o a la que estaba más cerca de él.
Las imágenes grabadas en hospitales y compartidas en las redes sociales mostraban a personas con heridas de diversa consideración, como en la cara, con dedos perdidos y heridas abiertas en la cadera, donde probablemente llevaban el localizador.
Las imágenes de los buscapersonas destruidos analizadas mostraban un formato y unas pegatinas en la parte posterior que coincidían con los buscapersonas fabricados por Gold Apollo, un fabricante de buscapersonas con sede en Taiwán.
El Ministerio de Asuntos Exteriores libanés calificó las explosiones de “ciberataque israelí”, pero no dio detalles sobre cómo había llegado a esa conclusión.
El ministro de Información libanés dijo que el ataque era un atentado contra la soberanía del Líbano.