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De Canciones, Historia y “Frentes Marchitas”

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Hablar y leer historia en el común de muchas sociedades, no es el plan habitual de las personas, probablemente ni el de las más cultas. Rememorar diariamente lo ocurrido y contar una historia particular que represente el anhelo, la agonía y las vicisitudes de un simple hombre ante los horrores gigantescos de alguna dictadura, régimen militar, genocidio, o guerra, requiere un previo escenario propicio para ello, y sobre todo, algún conocimiento directo, de oídas, o leído y bien recordado acerca de tal, pero quizás todo esto, de contar y resignificar inclusive, algunas memorias de nuestra historia universal, y en particular, de nuestras dictaduras, no es tan lejano, ni tan excepcional, lo cierto es que muchos lo hacemos, casi que a diario y casi que siempre cuando nos sentamos con un grupo de buenos o siquiera regulares melómanos a cantar o escuchar canciones.

Pensar en canciones que casi sin importar el contexto, se escuchan muy recurrentemente, y son cantadas por diferentes personas, me parece el medio de promoción, difusión y narración histórica más efectivo, y uno de los más placenteros. Hace unas semanas, en un mercado, mientras estaba en una las banquetas comiendo, un señor, con su parlante y las pistas de varias canciones que tenía en su USB, me dio un gran momento, pues cantó con gran voz, un par de canciones de Joaquín Sabina. La anécdota está en que, aunque su interpretación fue muy agradable, al referirse al autor, lo confundió o pensó quizás, que era Joan Sebastián.

Este cantante, narró al cantar con la “Frente marchita” de Joaquín Sabina, la historia de dos personas, una española y otra argentina, que vivieron los rezagos o directamente, las dictaduras de sus respectivos países. Acerca de la historia exacta detrás de la Frente Marchita hay varias hipótesis y versiones, una de esas, dice que está historia transcurre mientras Joaquín Sabina estuvo en Buenos Aires, huyendo de la dictadura Franquista (que duró entre 1939 y 1975), donde iba a un mercado en San Telmo, conocido también como “Rastro de Buenos Aires”, y allí conoció a una vendedora, a quien intentó convencer de volver con él a España, ya que la época de Franco había terminado con la muerte del dictador, pero la argentina de ideales socialistas, comunistas o de izquierda, no quiso dejar su tierra., Así lo cuenta Sabina, de una manera que solo pocos pueden hacerlo:

“Con agüita del mar andaluz, quise yo enamorarte

Pero, tú no querías más amor que el del Río de la Plata

Duró la tormenta hasta entrados los años Ochenta

Luego, el sol fue secando la ropa de la vieja Europa

No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió

Mándame una postal de San Telmo; adiós, ¡cuídate!

Y sonó, entre tú y yo, el silbato del tren”

Finalmente, la historia dice que Sabina, regresó a Buenos Aires, fue a la Plaza de Mayo y se le dio por gritar “¿Dónde estás?”. Probablemente pocos sucesos de represión, impunidad e injusticia en el mundo pueden ser retratados y simbolizados en tan solo dos palabras claves que millones de personas relacionan de inmediato: “Plaza de Mayo” y “dónde estás”,  la historia de la dictadura de Argentina, que justo termina en 1983, con cifras aún inexactas de desaparecidos, que se estima se encuentra entre 10,000 y 30,000, es también narrada desde la historia de este español enamorado, en una canción con versos, prosas, poesía y metáforas, rica musicalmente, y cantada diariamente en cientos de lugares del mundo, principalmente de habla hispana.

Cientos de canciones hoy en día siguen narrando, entre sus notas y versos, las memorias ocultas en algún cementerio de historias, como tal vez la de la protagonista de esta canción…una más, víctima de uno de los crímenes más atroces de la humanidad: la desaparición forzada.