La señora Pinal

Actualidad Angelica Lobato Torres Articulos Criterios

Como ya lo sabemos todos, porque de eso se trató toda la televisión y todas las redes sociales en México, y en uno que otro país durante el fin de semana, la señorona Silvia Pinal por fin está descansando en paz y digo por fin porque los últimos años solo se sabía de ella cada que entraba al hospital o cuando alguna de sus hijas subía algún video con ella y todos pensábamos, por el amor de Dios dejen de estar a la pobre señora y ya déjenla descansar, suficiente hizo para ser conocida por mas 70 años y por múltiples generaciones

Silvia Pinal era más que una actriz, musa, productora, fue política, madre, abuela, bisabuela, feminista, creadora de empleos, dueña de teatro, bailarina, cantante, líder sindical y pues era una señora que por sus ovarios logró todo lo que logró, sin disculparse de ocupar sus influencias y amistades, se casó con un hombre más joven cuando era casi pecado, fue una mujer divorciada en épocas que era sacrilegio; hizo películas con las que casi la excomulgan y fue perseguida por el ahora fiscal de la procuraduría de este México, mágico y musical.

Su autobiografía se llama “Esta soy yo: Silvia Pinal” y la odie, a pesar de que ella era quien hablaba, la dejaba como víctima en la mayoría de los episodios de su vida, claro que sufrió, la abandonaron de niña, el Tigre Azcárraga, amo y señor de Televisa, la dejó para casarse con una francesa, ya que ella era una actricilla no digna de una familia tan importante, también sufrió violencia en su matrimonio con Enrique Guzmán y sufrió la muerte de su hija y de una de sus nietas.

La Pinal actuó con todos los grandes de la época de oro del cine mexicano, incluso anduvo con varios, menos con Pedro Infante, aunque hizo su luchita, ni con Jorge Negrete al cual odio con odio jarocho por grosero y altanero. Fue musa de uno de los más grandes directores de la historia, Luis Buñuel y fue la primera persona en llevar una obra musical de Broadway a los escenarios mexicanos.

También fue pionera, en su ahora clásico y emblemático programa “Mujer, casos de la vida real” ella se atrevió de hablar de temas que al día de hoy espantan a varios, y creo la mayoría de los mexicanos recordamos, como parte de nuestros traumas de la infancia, al menos uno de los capítulos y creo eso no cualquier productor puede decirlo. En su libro ella habla que gracias a su programa, localizaron a una niña que se habían robado 5 años antes; tanto era el poder de difusión que la gente se acercaba a pedirle ayuda, y logro ayudar a muchos durante los 23 años que duro el programa, donde además de ayudar al público, le daba trabajo a sus compañeros actores que ya no eran requeridos tan continuamente.

Y si algo hizo doña Silvia fue amar, amo el cine y el teatro, amo trabajar en la política y poder trabajar para el “pueblo”; pero amo mucho a sus hijos, aunque no niega que fue negligente con ellos por estar trabajando; tuvo problemas con ellos porque unos se le salieron del huacal y cayeron en los malos vicios o en el caso del Silvia Pasquel, hasta cuando se interpuso el mismo hombre; amo a sus nietos, tanto que entre ellos se odian porque había favoritos

Pero amo a varios hombres, obviamente el más conocido es Enrique Guzmán, con quien se casó y tuvo dos hijos a pesar de que él era menor que ella; en su libro cuenta que fue una relación muy violenta y que sintió que se aprovechó de ella porque trabajaron juntos cuando la carrera de él iba en declive; también anduvo con Arturo de Córdoba, pero pues Don Arturo anduvo con todos y todas y todes; se casó también con Gustavo Alastriste, un productor de cine con quien tuvo a su hija a Viridiana, quien murió en un accidente de auto, y quien fue quien hizo posible la relación Buñuel-Pinal y el hombre que “ella más amó”. También se casó con Tulio Hernández, con quien se convirtió en primera dama de Tlaxcala y conoció y se enamoró de la vida política.

Todas las mujeres deberíamos querer ser un poco como Silvia Pinal, amar y disfrutar nuestra vida con todas las buenas y malas decisiones que tomemos, nunca dejar de aprender y siempre tratando de ayudar a los demás, esa es una verdadera Diva. Como dijo Enrique Guzman unas horas antes de que ella muriera “no quiere morir porque ama demasiado la vida” y esa debería de ser la meta de todos, amar nuestra vida lo suficiente para no querer dejar de vivirla