El alter ego de Isabel Allende

Actualidad Angelica Lobato Torres Articulos Criterios

¿Alguna vez le ha pasado que les mandan un video y dicen “soy o quien se los mando les dicen “eres” refiriéndose a que el mencionado video muestra como reaccionamos, las situaciones que pasamos o algo que nos representa? Por que dios sabe que me han mandado cosas desde muy estúpidas hasta algo perturbantes… pero ha de ser muy raro que te digan eso de un libro que escribiste.

Eso le pasa a Isabel Allende con su nuevo libro “Mi nombre es Emilia del Valle” y no necesariamente porque sea una autobiografía, sino porque esta nueva historia podría ser la mas cercana a su vida profesional.

La historia inicia en 1866 cuando una monja irlandesa que tuvo una relación ardiente con un aristócrata chileno irresponsable, da a luz a una bebé a la que nombra Emilia  del Valle, al cual es educada por su padrastro, con el paso del tiempo demuestra ser una mujer sobresaliente, autosuficiente y de notable personalidad, que rompe con las convenciones sociales de su época, con la intención de ejercer la escritura, vocación que es su mayor pasión.

A la edad de 17, publica novelas de aventuras bajo un pseudónimo masculino, aunque enseguida decide ejercer el periodismo en un diario local, para experimentar la realidad de primera mano.

La chica que trabaja en un recién creado periódico en la ciudad de San Francisco California y ella, a pesar de ser mujer y latina, consigue que la envíen como corresponsal, un papel que solo cubrían los reporteros hombres para cubrir la Guerra Civil; aprovechando que habla español y que sus raíces familiares son chilenas.

La misma Allende explica:

“[Emilia] tiene que empezar su vida como periodista, como escritora con un nombre masculino porque a fines del 1800 las mujeres no tenían voz y tenían muy pocas opciones”, afirma Allende sobre su protagonista. “Entonces, ella hace el trabajo de un hombre y tiene que firmar como un hombre porque si lo hace como mujer no tiene respeto”.

Ya en Chile mientras cubre la contienda “entre el presidente Balmaceda y el congreso rebelde”, investiga sus conexiones con la familia Del Valle, para poder conocer a su padre biológico; pero tambien ahí experimenta y sufre el amor.

Este personaje es parte de la saga Del Valle, que inició con la obra cumbre La casa de los espíritus y siguió con Hija de la fortuna y Retrato en sepia.

“Gente que ha leído el libro me dice que Emilia es mi alter ego”, explica, “Pero la verdad es que yo no estaba pensando en eso cuando hice el libro; pero claro: ¿de dónde saco yo ideas para mis libros? De mi experiencia personal, de la memoria, de la gente que he conocido, de las cosas que me importan. Entonces mi persona aparece entre líneas en cualquier parte, en todos los libros”.

Suena lógico que la señora Allende siga escribiendo de mujeres fuertes, de mujeres que se enfrentaron a la represión y que ahora celebran la libertad que tienen; ella, a sus 82 años vio como las mujeres luchaban por sus derechos, desde el de elegir a sus parejas y sus profesiones hasta el derecho al voto; sin embargo nunca buscó que estos personajes sirvieran como bandera o símbolo de nada, simplemente quería que fueran mujeres luchadoras, que a pesar de pasar por miles de situaciones siempre quisieran salir adelante.

Allende y yo compartimos algo y es nuestra filosofía de vida…

“Yo no planifico nada, ni siquiera la vida. Porque me sorprende a cada rato. Y los planes que he hecho nunca han resultado”.

 Y créanme, esto te ahorra un monton de frustraciones, pero a veces te agarra muy desprevenida.