No te pierdas el ahora…
Cuando vemos a tanta gente partir y nos damos cuenta de tantas cosas que dejan pendientes por decir, por hacer, por conocer, por probar, por amar y en un instante todo puede cambiar en la vida de cualquiera de nosotros. Y muchas veces por estar pendiente del trabajo, la economía, los hijos, el esposo, los padres y demás, olvidamos vivir, hacer lo que nos gusta y apasiona. Olvidamos que lo primordial somos nosotros y debemos hacer lo que nos gusta hacer, lo que es nuestra pasión y con lo que estamos a gusto.
Todos en algún momento hemos dicho: Me habría quedado en la cama cuando estaba enfermo en vez de pensar que el mundo se derrumbaría ese día si no fuera a trabajar. Hubiera encendido la vela roja en forma de rosa en una cena romántica antes de que se derritiera por estar guardada. Hubiera estrenado esa lencería en aquella noche con mi amor. Habría hablado menos y escuchado más. Hubiera invitado amigos a cenar aunque mi alfombra estuviera manchada o el sofá estuviera roto. Hubiera comido pastel de chocolate en la sala ′′ buena ′′ y me hubiera preocupado mucho menos si la casa se ensuciaba o se manchaba algún mueble, para eso los compre. Hubiera escuchado con más atención las historias que mi abuelo contaba sobre su juventud. Hubiera compartido más tiempo con mi marido si él iba a morir antes que yo. Dejaría a mis hijos comer helado en el auto sin importar que los asientos se ensuciaran. Nunca insistiría en que las ventanas del auto fueran cerradas en un día de verano porque mi cabello se despeinaba, sentiría el viento cálido y fresco. Me habría sentado en el pasto aunque la ropa se manchara. Nunca habría comprado algo solo por ser práctico, disfrazara la suciedad o con garantía de duración de toda la vida. Nada dura para toda la vida. En lugar de desear que pasaran pronto los nueve meses de embarazo, habría apreciado cada momento y comprendido que la maravilla que crecía dentro de mí era mi única oportunidad en la vida de ayudar a Dios a hacer un milagro.
Cuando mis hijos me besaran con fuerza, nunca diría: “Después. Ahora ve a lavarte las manos para comer”. Habría disfrutado mas una tarde de café con mis amigas hablando de mil cosas y soltando la carcajada libremente, sin importar la gente de la mesa de al lado. Hubiera expresado mi opinión sin importar lo que los demás pensaran, era lo que sentía y pensaba en ese momento. Hubiera comido aquella rebanada gigante de pastel de tres chocolates sin pensar en la cantidad de calorías que provocaría comerlo. Ir de viaje sin pensar que mis ahorros se terminarían y qué haría al regresar para sentirme tranquila sin un colchón financiero. Habría llevado aquella serenata esperando que salieran a dar las gracias. Habría comprado aquel par de zapatos que se veían hermosos en mis pies pero cuyo precio hizo que se quedaran en aquel aparador. Habría abierto ese vino costoso para compartirlo con el amigo que me visitaba. Hubiera caminado sin zapatos en la lluvia para sentir el agua correr en mis pies. Hubiera reído y llorado más viendo la vida y no sentada frente a un televisor. Habría más “Te amo”. Más “Lo siento”. Y más “Te extraño”.
Pero entre tantos habría, hubiera e iría se va la vida y no vemos que el tiempo es cruel y no regresa, simplemente es una oportunidad de vivir el aquí y el ahora. No esperemos a ya no poder caminar para salir una tarde de verano a disfrutar el viento fresco en el rostro. Buscar a los buenos amigos para decirles cual importantes son y que tienen un lugar en nuestra vida. Nunca dejes de besar a tu padre y a tu madre mientras estén vivos. Siempre abraza a tus hijos y diles cuanto los amas cada día, juega con ellos, prepara su comida favorita y disfruta su compañía mientras estén contigo. A tú pareja dile lo importante que es y cuanto lo amas, lo mejor hazlo sentir lo importante que es para ti y porque lo elegiste para compartir la vida juntos. Realiza tu trabajo de la mejor manera sin estar renegando de él, agradece que tengas un trabajo. Recuerda que en el trabajo estás la mayor parte de tu día. Disfruta limpiar tú casa, pero también disfrútala cuando esta sucia y desordenada porque la gente que vive en ella la ensucia, la disfruta y lo mejor la vive. Goza que tienes salud, puedes comer de todo y usar todo tu cuerpo de manera libre y sana. Sí vas al mar disfruta caminar en la arena y sentir las olas del mar. No pierdas tu vida, vívela y disfrútala al máximo.
No esperes a decir sin embargo, más que nada, si tuviera otra oportunidad, aprovecharía cada minuto, prestaría atención, viviría intensamente. Deja de preocuparte por cosas insignificantes. No le des importancia a quien no le gustas, a quien tiene más, o a quien está haciendo qué. En cambio, aprecia y valora las relaciones que tienes con los que te quieren bien.
Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
Borges
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