El día de la escritorA.

Angelica Lobato Torres Criterios

Escribo esta, su columna, el día lunes 18 de octubre y hoy descubro que es el día de la escritora ¿Ustedes sabían? Yo llevo años rodeándome de libros y sabía del día del libro, pero jamás supe que existe el día del escritor y mucho menos que existe el día de la escritora.

Yisus sabe que, ni en otra vida, mucho menos en esta, como diría Chencha en “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel, yo no me considero una escritora, yo soy una persona que por algún motivo fue elegida por la vida para expresarse mejor escribiendo que hablando, pero hay miles de escritoras que deben ser celebradas.

En todos los aspectos, sabemos que la mayoría de las mujeres, en todos los ámbitos, sufren de algún tipo de discriminación pero en este caso hablare del ámbito laboral, lo que considero una estupidez, pero en el mundo de la literatura, podemos ver claramente como ocurre: desde la primera entrega el premio Nobel a la literatura en 1901, sólo 17 mujeres han recibido el galardón mientras 100 hombres lo han ganado.

Ahora sé que en 2016, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y la Asociación Clásicas y Modernas, crearon el Día de las Escritoras (aparte del Día del Escritor, 13 de junio). La fecha elegida fue el lunes siguiente a la fiesta de Santa Teresa de Jesús (15 de octubre), quedando así, para este 2021, el 18 de octubre.

El mundo de la literatura está llena de historias de escritoras que tuvieron que publicar bajo nombres masculinos, lo cual sonaba congruente con el momento histórico en el que vivieron: las hermanas Bronte: Emily, Anne y Charlotte Brontë publicaron como Ellis, Acton y Currer, respectivamente. La autora de “Jane Eyre”, Charlotte Brontë escribío, en 1836, a Robert Sothey, poeta famoso de la época, algunos de los poemas que ella consideraba podrían ser publicados. La respuesta que recibió fue: “La literatura no puede ser asunto de la vida de una mujer, y no debería ser así”. Ellis o mejor dicho Emily Brontë fue la autora de “Cumbres borrascosas”.

Louisa May Alcott, fue la creadora de Mujercitas  y firmó como A.M. Barnard sus novelas góticas y románticas conocidas como relatos melodramáticos en la época victoriana, en las que trataba temas tabúes como el adulterio o el incesto. Estos libros fueron un éxito comercial, por lo que la autora los escribía más para sostenerse económicamente, que por gusto al género.

Harper Lee, el autor del Premio Pulitzer “Matar a un ruiseñor”, de la cual hable la columna pasada por ser considerada racista en la actualidad, fue en realidad una autora: Nelle Harper Lee. La escritora, que sólo publicó dos novelas en toda su vida y no era dada a apariciones públicas ni a conceder entrevistas, acudió a la Casa Blanca en 2007 para recoger de manos del Presidente George Bush, la Medalla Presidencial de la Libertad.

Un ejemplo aparte es el de Jane Austen, ella eligió simplemente dejar en claro que era una mujer, dejando en claro que podía ser cualquiera de las mujeres de la época. Su primer libro publicado “Sentido y Sensibilidad” apareció firmado “Por una dama”, “By a lady”.

Yo soy la primera persona en opinar en que un trabajo no se debe medir en el genero de la persona, sino en sus capacidades, sin embargo, creo que aun estamos muy lejos de que la manera de medir esas capacidades inicie en un punto igualitario para hombres y mujeres. Tambien creo que, al menos en el ámbito laboral, el mayor enemigo de una mujer es otra mujer. Espero ustedes, al elegir su lectura, no tomen en cuenta si el libro lo escribió un hombre o una mujer… las mentes fantásticas no tienen genero.

angelica.lobato@criteriodiario.com