Por: Redacción Criterio Diario / Foto: Getty Images
En agosto pasado, Ricarda García Merino, una artesana textil originaria de la comunidad de San Juan Colorado, en el estado mexicano de Oaxaca.
“Yo estoy agradecida porque en base a eso damos a conocer nuestras prendas y conocemos nuevos clientes; eso es lo que nosotros hacemos. Esperamos que no sea la primera ni la última vez”, comentó García.
Ella participó junto con otras artesanas oaxaqueñas en una exposición en Nueva York, invitada por el consulado mexicano, pero a su regreso a la Ciudad de México fue detenida y obligada a pagar un impuesto, equivalente a lo que ella recibe por dos huipiles, los cuales realiza en dos meses con jornadas diarias de cinco horas de trabajo.
Los agentes aduanales la obligaron a pagar por los propios bienes que ella realizó y que llevó a la exposición.
Detrás del teléfono relató que estuvo retenida durante tres horas en el aeropuerto.
En total, a García le tocó pagar 3.706 pesos de impuestos (cerca de 180 dólares), por ropa que le valoraron en 950 dólares.
La mujer trató de explicar a los trabajadores del SAT que se trataba de sus propias prendas y de otras que le habían sido regaladas en la exposición, que, según detalló, eran “varias ropitas usadas”.
“En ese momento me sentí muy triste, muy preocupada, desesperada”, dijo García, quien mencionó que su pueblo “es muy humilde” y la mayoría de la gente no habla español, por lo que se les dificulta salir de la comunidad a vender su arte.