Hablar de genios es algo que puede ser subjetivo, para mí no hay normas para decir que alguien es genial, realmente genial en lo que hace, por ejemplo creo que Paul McCartney, David Bowie y Kanye West son genios musicales y creo que algo que me hace poder asegurar que lo son es que reconozco que son humanos, con defectos y virtudes, con amor y desamor… y que sean genios en un aspecto de sus vidas no lo hace seres perfectos… dios sabe que no existe nadie que sea perfecto.
Para ser un genio verdadero creo necesitas haber hecho que realmente cambiara al mundo, que a pesar del tiempo, un año o varios siglos, han influido en todos, literalmente en todos de alguna forma, aunque sea indirectamente y si creo que alguien sabe distinguir a esas personas es el autor Walter Isaacson.
Isaacson nació en Nueva Orleans en Estados Unidos, inició su carrera periodística en el Sunday Times de Londres; también fue presidente y CEO de la CNN y editor gerente de Time Magazine. Ocupó también cargos públicos como en los programas de recuperación tras el desastre del huracán Katrina, integró el comité de amistad EE. UU. – Palestina. Hillary Clinton lo nombró vicepresidente de Partners for a New Beginning, en procura de lograr asociaciones público-privadas en el mundo musulmán. Y Obama lo nombró presidente del Broadcasting Board of Governors, que administra La Voz de América, Radio Europa Libre y otras radioemisoras internacionales.
En 2012 fue seleccionado para integrar la lista Time 100 de las personas más influyentes del mundo y lo veo clarísimo, porque libro biográfico que él publica es base para conocer a los personajes a los que nos da a conocer.
Su publicación más conocida es su biografía de Steve Jobs, para el cual realizó más de cuarenta entrevistas con Steve Jobs y con familiares, amigos, adversarios y colegas; la abrasiva personalidad de Jobs no opaca la creatividad, energía y perfeccionismo ha revolucionado seis industrias: informática, películas de animación, música, teléfonos, tabletas y edición digital y su genialidad más grande fue conectar la creatividad con la tecnología y lograr los saltos más grande que había hasta el momento; Jobs colaboró con el libro, no pidió ningún control sobre el contenido, ni siquiera el derecho a leerlo antes de la publicación.
Jobs habló con sinceridad, a veces siendo demasiado sincero sobre la gente con la que trabajo y contra la que ha competido. Sus amigos, rivales y colegas lo que ellos veían y criticaban de Jobs, las pasiones, los demonios, el perfeccionismo, el talento y la obsesión por controlarlo todo que modelan su visión empresarial y los innovadores productos que logró crear y para bien o para mal Jobs cambió al mundo.
En su libro sobre Albert Einstein, donde Isaacson, que tuvo acceso a los archivos de Einstein, nos deja conocer al personaje y su época, cuenta cómo un funcionario de patentes imaginativo e impertinente, que en lo personal fue un mal padre con un matrimonio complicado, logró desvelar los secretos del cosmos y comprender al átomo y al universo. Su éxito se basó en cuestionar las verdades aceptadas y en asombrarse ante cuestiones que otros consideraban mundanas.
En “Leonardo da Vinci”, Isaacson conecta el arte de Da Vinci con sus investigaciones científicas, y nos muestra cómo el genio del hombre más visionario de la historia nació de habilidades que todos poseemos como la curiosidad incansable, la observación cuidadosa y la imaginación; su creatividad resultó en el cruce entre la tecnología y las humanidades. Estudió el rostro de cadáveres, dibujó los músculos que configuran el movimiento de los labios y pintó la sonrisa más enigmática de la historia; exploró las leyes de la óptica, demostró como la luz incidía en la córnea y logró producir esa ilusión de profundidad en la Última cena.
“El código de la vida” es un libro sobre la genetista Jennifer Doudna, quien a pesar de que muchos le dijeron, las niñas no son científicas, logró participar en el avance más importante en el ámbito de la biología desde el descubrimiento de la doble hélice del ADN. Con su equipo, transformó una curiosidad de la naturaleza en una herramienta que cambiará el rumbo del ser humano; el CRISPR, una técnica fácil de usar que permite modificar el ADN, lo que abre un mundo nuevo de milagros médicos pero también de cuestiones morales.
¿Deberíamos usar nuestras nuevas capacidades para hacernos menos vulnerables a los virus? ¿Y para prevenir la depresión? ¿Deberíamos aceptar que las familias que se lo puedan permitir mejoren la constitución física o la inteligencia de sus hijos? Doudna ha liderado los debates en torno a estas cuestiones morales.
Y su último libro es sobre el más nuevo de los genios mundiales; obviamente uno de los más juzgables en cuestión moral pero nadie, nadieeeee puede juzgar su capacidad mental; nos habla de como la infancia de Musk en Sudáfrica, marcada por abusos y soledad, lo llevó a buscar refugio en la ciencia ficción y los cómics, creando una mentalidad de héroe, que ahora podemos tildar de narcisista, lo hace buscar la grandeza y la salvación del mundo a través de sus empresas, como SpaceX, Tesla y Neuralink. Musk se ve a sí mismo como un héroe moderno, destinado a salvar a la humanidad de amenazas existenciales y guiarla hacia el futuro.
“Mientras otros empresarios luchaban por desarrollar una visión del mundo, él desarrolló una visión cósmica”. Musk enfoca su trabajo en crear empresas para salvar a la humanidad; a través de SpaceX pretende convertir en una especie multiplanetaria a los humanos para que, en caso de que ocurra un suceso apocalíptico, huir a Marte sea una posibilidad.
Un empleado asistió a una reunión del consejo de administración donde no podía creer lo que veía. “Están sentados, discutiendo seriamente planes para construir una ciudad en Marte y qué vestirá la gente allí, y todos actúan como si fuera una conversación totalmente normal”.
Esta mentalidad mítica también puede llevar a distorsiones de la realidad y comportamientos desafiantes, que ahora han llegado al lugar más poderoso del mundo, la oficina oval en la Casa Blanca; Musk ahora está al lado de Donald Trump, que ahora cuestiono quien de los dos tiene en su mente una realidad más alejada de la que vivimos el resto del mundo.
Lo más maravilloso de los genios es que nosotros simples mortales podremos juzgar mil veces, sus ideas y sus formas pueden no parecernos, pero para ellos solo somos puntos, ellos no buscan darle la mano a las personas “normales” se saben especiales y mientras lo que ellos logren hagan nuestras vidas “mejores”, en la mayoría de las circunstancias, pues no me importa que no les importe mi existencia.