¿Los Privilegiados o los Privilegios?

Criterios Luz Rosillo

Estamos distraídos y enojados mirando a los privilegiados sin ser capaces de mirar nuestros propios privilegios. 

Sí, mi estimado lector. Tal como diría mi abuelita, me voy a “meter en camisa de once varas”, porque nuestro humor social está polarizado, brutalmente polarizado; porque hemos dividido nuestros afectos, nuestras familias y nuestras ideas entre polos opuestos. Por supuesto todo esto tiene una verdad: la brutal brecha que hemos construido TODOS entre unos y otros, entre gordos y flacos, los millenials y los boomers, los chairos y los fifís y en la medida en la que sigamos participando de ese lenguaje vamos marcando esa brecha de desigualdad. 

Aunque el neoliberalismo “maldito y opresor”, las “empresas abusivas” y los “despreocupados ricos”  tienen una importante responsabilidad en este “boquete” (que pensándolo mejor parece  más bien un “hoyo negro”); se debe también buscar responsables en los siglos de malas prácticas de gobierno, la irresponsabilidad de las clases gobernantes -TODAS querido lector, todas- y la falta de un proyecto claro y contundente para que todos, (no solo las clientelas del poder en turno o los amigos de los empresarios, o los del Presidente de la República), estemos mejor. 

Este “boquete” de indignante desigualdad que juntos vamos construyendo y a la que contribuimos con varios hoyitos, también se debe a que consumimos a ultranza y sin necesidad, porque queremos más y más pero sin medida, porque descuidamos lo importante y porque, muchas veces -y más los políticos-, utilizamos la pobreza como medida narrativa de bondad y excelencia, como palabra voraz y de singular encantamiento, jugamos con los pobres sin acertar a combatir la pobreza 

Por supuesto aquí nadie está para cuestionar intenciones, me da mucha flojera, hace que recuerde a mi maestra de cuarto de primaria que nos cuestionaba desde el peinado hasta las demoníacas fracciones.  

Lo que sucede es que hace ya varios meses, alguien a quien admiro y quiero profundamente, mientras me descosía hablando de las pésimas prácticas gubernamentales locales, me hizo una dura reflexión: “¿Lucecita, en esta pandemia a qué privilegios estás dispuesta a renunciar?, más bien de aquí en adelante ¿a qué estás TÚ dispuesta a renunciar?”. Mi silencio fue largo y pausado y es que estamos distraídos y enojados mirando a los “privilegiados” sin ser capaces de mirar casi nada más allá. Para los otros, el privilegiado es Usted que pudo estudiar la universidad, o que tiene un taller mecánico o que puede caminar o que simplemente logró superar el COVID -19, hoy para algunos vivir es un privilegio. 

¿Será que nos regocijamos con la desgracia de los privilegiados, disfrutamos la sensación del “para que sepa lo que se siente”?, ¿sentimos un placer interno porque ahora sí va a saber lo que son carencias y perdemos de vista que todos somos México y todos construimos y tenemos el país que merecemos? 

No será fácil, para casi nadie, los tiempos por vivir, es urgente dejar atrás esos discursos que polarizan y separan para buscar la unidad en lo fundamental a México le urge y Puebla lo demanda. Entonces, le vamos pensando juntos ¿a qué pequeños privilegios estamos dispuestos a renunciar? 

Entrelíneas

Y hablando de privilegios y gobiernos locales, yo quisiera saber ¿de qué privilegios gozan todos los que están fuera de la ley y viven en la impunidad? Un gobierno que deja impune algo es un gobierno que fomenta la corrupción. Ahí nomás para recordar que todos los actos ilícitos, sí tienes conocimiento de ellos, deben de ser denunciados, siguiendo el debido proceso, de otro modo, el show es simplemente el de siempre: “Al pueblo pan y circo”. 

Finalmente le recuerdo amable lector y lectora, que usted tiene derecho a saber, pregúntele a su gobierno TODO LO QUE QUIERA, no se limite, no se deje. El dinero es suyo, el trabajo y la obligación de rendirte cuentas debe ser nuestro. 

Y mientras la vida pasa, que no se le pase usar cubrebocas. Me dará mucho gusto encontrarnos en los comentarios, en las redes y en la próxima entrega.  

@LuzRosilloM