¿Comprar o Rentar?… Esa es la cuestión

Criterios Enrique Acuña González

En pleno siglo XXI es cada vez más común tener familiares o conocidos que están habitando en una vivienda rentada. Si formas parte de las generaciones que nacieron después de 1980, es muy probable que la situación económica te haya orillado a elegir una de las siguientes dos decisiones para poder solventar la necesidad básica de la vivienda: rentar una casa, o comprar una casa con ayuda de un crédito hipotecario.  

Y como muchas cosas que suceden en la dialéctica de dos aparentes opuestos, los argumentos son muy variados y contrastantes, para poder sentirte satisfecho de tomar la decisión de rentar el lugar en donde vives, o comprar la propiedad en donde quieres vivir. ¿Cuántas veces no has escuchado pláticas de tus seres queridos diciendo: que rentar es tirar el dinero a la basura y que sólo estás regalando dinero que podrías destinar mejor en los pagos mensuales para adquirir una casa propia? O por otro lado, gente que te dice preocupada, lo insoportable que es el pago obligatorio de una mensualidad que parece eterna en una economía que no es tan estable como lo prevé la tabla de amortización del crédito de una casa. 

Es un hecho que cualquiera de las dos opciones conlleva un compromiso económico muy delicado y es por eso, que todas las personas que estén ante esta decisión deben tomar el tiempo necesario para optar entre una u otra opción, así como también deben considerar los beneficios que pueden obtener de cada una. Es aquí donde un servidor tratará de ponerte en concreto las ventajas y desventajas de cada una de ellas, para que al final puedas tener una decisión mucho más razonada que se acople a tu perfil.  

Rentar

En la zona conurbada de Puebla es muy probable que puedas encontrar el departamento o casa de tus sueños, en una zona conveniente por una renta razonable. Si se investiga un poco, podrás observar que la renta normalmente es menor a la mensualidad del crédito de la propiedad que estás buscando. Si quieres vivir en una casa de $1.5 millones, podrías encontrar rentas en los rangos de los $8 mil hasta los $10 mil pesos, a diferencia de que si decidieras comprarla a crédito, donde seguramente estarías pagando una mensualidad de $15mil pesos. 

Y hablando de conveniencia, la renta es la mejor decisión si tienes una mentalidad más versátil, en donde tu trabajo no te exige permanecer en un mismo lugar por mucho tiempo o tu estilo de vida te permite estar cambiando de vivienda en lapsos cortos de tiempo. Gracias a la renta, es muy sencillo desalojar una casa para moverse a otra mejor ubicada, de mejores características o con servicios más cómodos sin la carga de 15 años del compromiso de un crédito.  

Pero tiene sus bemoles que son más bien personales: en una casa rentada no tiene sentido hacer adecuaciones particulares, al final no es tuya, es prestada. Cambiarle los colores en los muros, los acabados, los muebles de baño, pensar en una ampliación o mejora es más bien pensar en un gasto que no te va a beneficiar a ti directamente. Tal vez en el momento sí, pero son cambios con los que el dueño de esa casa se va a quedar y disfrutar a la larga. Ese sentido de pertenencia es el que tal vez te motive a estar considerando la segunda opción. 

Comprar

El argumento más escuchado por la gente que decide adquirir casa propia es justo la sensación y el hecho de tener una propiedad. ¿Cuántas veces no has escuchado que siempre es bueno tener un patrimonio seguro en caso de que algo pase?. Al final, un bien raíz como lo es una casa se va apreciando con el tiempo. Seguramente has visto lo que a tus papás les costó adquirir la casa en donde actualmente viven, y ver que después de 20 o 30 años de estar viviendo ahí, el valor de la casa se duplicó o tal vez hasta triplicó con respecto al valor de compra. Y esto es una tendencia que se va a mantener más o menos constante, siempre y cuando te mentalices a que también vas a tener que vivir en esa casa 20 o 30 años más como mínimo. Si vas a comprar una casa es porque en tus planes personales ya hay una estabilidad laboral, familiar y social que te permite visualizarte un largo tiempo asentado en esa propiedad, envejeciendo felizmente mientras tu vivienda gana valor y plusvalía junto con la zona en la que está construida. Si eres parte de ese puñado afortunado que puede comprar una casa de contado, o dar un enganche de más del 50% de la misma, definitivamente es una opción viable, ya que es una inversión que ganará valor con el tiempo. Y si decides hacerle ampliaciones o remodelaciones a tu casa, mucho mejor. Ese no es un gasto si no una inversión al aumento de valor de tu propiedad.  

Es importante hacer mucho hincapié en el hecho de que se debe comprar con la mentalidad de vivir en ella el mayor tiempo posible para que sea una buena opción, ya que esta decisión conlleva un compromiso casi inevitable con alguna institución bancaria. Ya no es tan sencillo juntar el monto necesario para comprar una casa de contado, por lo que ya estamos acostumbrándonos a ver opciones crediticias que nos comprometen mínimo por 15 años en el pago mensual de una propiedad que acabará siendo tuya muchísimo tiempo después. Y justo esa es una de las grandes desventajas: los créditos hipotecarios nos permiten vivir en una casa que aún no podemos pagar, pero al final del crédito es casi seguro que acabarás pagando casi el doble del valor real de la propiedad en cuestión. Entre los intereses que cobra el banco y los seguros forzosos que se pagan, se hace una deuda que a la larga se vuelve tediosa. Y ese no es el único gasto que exige el tener una propiedad: se deben pagar impuesto predial, mantenimiento, reparaciones, servicios públicos, entre otros. 

Hasta este punto pareciera que se debe elegir entre el menor de los males para poder concretar ese sueño de tener una casita propia, ese pedacito de patrimonio que representa cada segundo de tu esfuerzo y trabajo; que algún día tus descendientes van a disfrutar como un legado para su tranquilidad futura. La solución parece ser larga, tediosa y cansada a pesar del resultado final. 

¿Y si te dijera que no necesariamente son tus únicas dos opciones? Si pudieras acceder a una propiedad por un costo menor, y con un plan económico diseñado a la medida de tus posibilidades y necesidades que se adapta a tu situación financiera, ¿lo tomarías? No te pierdas la siguiente columna en donde te lo contaré… en concreto.  

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