3 historias y lecciones de héroes que nos dieron Patria

Criterios Pablo Aréchiga Fernández

“Morir es nada cuando por la patria se muere”

Morelos

La historia es uno de mis hobbies. No soy historiador, mi formación histórica, además de los miles de antecedentes históricos que le dan a los politólogos en todas las materias,  viene de documentales, libros, películas e incluso algunas telenovelas, considerando lo inexacto que pueda ser en ocasiones el leer a un autor que crea una historia dentro de un episodio histórico verídico como Pérez Reverte, o quien narra desde sus valores políticos (y es un chingón cuando lo hace) como Taibo II. 

A la vez, creo que es imposible conocer la historia sin pensar en los por qués, los hubieras, el qué hubiésemos hecho en el papel de aquellos cuyo actuar nos definió como país o el intentar saber qué sería del mundo si, por ejemplo, Hitler hubiera respetado el acuerdo con Stalin o Franco sí hubiera apoyado a Hitler. 

Una de mis maestras de la materia Historia Política de México decía que la mejor manera de conocer y entender la historia era el narrar la story de la history, algo así como el relato de la historiaAquí les dejo 3: el primero me impacta por su humanismo, el segundo por la frialdad y el realismo de la guerra y el tercero por ser, al menos, una desagradable ironía. 

1. 1812, Ciudad de México. Leonardo Bravo fue capturado por los realistas después de la hazaña de José María Morelos de romper el Sitio de Cuautla. Morelos le ofrece al Virrey de la Nueva España a 800 prisioneros realistas a cambio de perdonar la vida de Leonardo Bravo, el Virrey Francisco Xavier Venegas se niega y ejecuta a Bravo. En reacción, Morelos le ordena al hijo de Leonardo, Nicolás Bravo, la ejecución de 300 de los 800 españoles que se ofertaron a cambio de la vida de su padre; sin embargo, Nicolás los deja en libertad y algunos de estos soldados se quedaron a luchar bajo su mando y por la causa insurgente. 

2. 1814, Michoacán: Mariano Matamoros, sacerdote, lugarteniente y brazo derecho de José María Morelos, es hecho prisionero después de la batalla de Puruarán Michoacán, juzgado por un tribunal eclesiástico militar y condenado a muerte. Ante esto, Morelos le ofrece al entonces Virrey de la Nueva España José María Calleja, a 200 soldados españoles a cambio de la vida de Matamoros. Calleja no acepta y ordena la ejecución inmediata del insurgente. Ante esto, el Congreso de Chilpancingo ordena a Morelos la ejecución de los 200 españoles y Morelos les dio muerte.

3. 1815, Ecatepec. Morelos es juzgado por un tribunal eclesiástico y militar acusado de alta traición y condenado a muerte, le escribe una carta a su hijo Juan Nepomuceno Almonte en la que, entre otras cosas, da una de sus frases más célebres y significativas de la personalidad de Morelos y el modo en el que creía servir a la nación: “morir es nada cuando por la patria se muere”; además, le pide salvarse y contribuir a la causa iniciada por Hidalgo. Años más tarde,  Juan N. Almonte se volvió político utilizando en buena medida el nombre de su padre que era ya un héroe, formó parte de la Comisión que se hospedó en el Palacio de Miramar e invitó a Maximiliano a asumir el trono mexicano después de la invasión francesa y posteriormente formó parte del 2do Imperio. 

@pabloarechiga