Busco libros de texto… o ¿no?

Angelica Lobato Torres Criterios

Ustedes seguramente no lo saben, pero para la gente del mundo librero no hay temporada más emocionante que la temporada escolar. Que la gente llegue con sus listas de útiles y digas: “oh sí, vengan a mí comisiones”. Un agradecimiento especial a las señoras que van desde finales de mayo y dejan la lista de útiles completa con la que puedes hacer un colchón para mantener el inventario surtido de los libros que seguramente te pedirán durante los siguientes 3 meses. 

Como comentaba en mi columna anterior, sobre las editoriales siendo competencia, esta bella tarea librera cada vez es más complicada porque las editoriales van directamente a las escuelas y les dan un mejor precio e “incentivos” a los encargados de vender este material. Pero como en todo, siempre hay los que “se les olvidó pagar” o juraron que los encontrarán más baratos en otro lado. Pero lo que ustedes no saben es que algunas editoriales no surten a las librerías de ciertos libros sino hasta que empiezan las clases, cómo para asegurar que los papás tengan que comprarlos en las escuelas. 

Mi mamá era una de esas señoras que compraban todo en la escuela, aunque a veces sí nos tocó ir a las librerías en busca de algún libro que ya no nos alcanzaron a surtir. Llega a mi el recuerdo de una vez ir a Librería León, entrar por la cochera y subir unas escaleras para llegar a lo que supongo antes era una sala. Ahí me quedaba viendo los libros exhibidos, en lo que dentro había una rebatinga entre muchas señoras que querían ser las primeras en ser atendidas. 

Como vendedora, me tocó estar del otro lado, ser la que recibe los gritos de las señoras (que ya son la minoría, no vaya a ser que las subamos a las redes #ladylibrosdetexto). Pero el mundo de los libros escolares es inmenso, entre que cada escuela va con un autor, con una editorial y hasta con una edición del mismo texto. Hay algunos libros en los que hay que preguntar si son para escuela pública o privada, aunque sean del mismo autor y editorial. Hay escuelas que te piden la 3era edición del libro cuando ya van en la 7ma publicada. Hay listas de útiles que piden matemáticas 2 por el autor “Juan López” y hay 3 títulos diferentes porque está “Juan López López”, “Juan López Martínez” y otro por “Juan López Sánchez”. Yo les decía, vaya y averigüe bien a lo que más de una vez me dijeron: “tú deberías de saber”. Otra situación es cuando llegan y te piden “quiero la lista de la escuela “x” para quinto de primaria”, sin títulos y sin autores, el domingo a las 7 de la noche para entrar a la escuela el día siguiente, cuando le explicas que no los tienes y te reclama por no pensar en que “somos mexicanos y dejamos todo al último”. Dios bendiga a esa señora y a sus hijos. 

Este año no estoy trabajando en una librería, pero por lo que he escuchado, hay escuelas que sí pidieron libros y otras que no. No sé qué piense la gente, porque siempre decía que era carísimo (y si, como $2000 por bendición, sin contar libretas, lápices, uniformes, etc). Pero ahora son más constantes las quejas por tener que gastar en teléfonos celulares, tablets o laptops, además de la cuenta del internet, que con estas lluvias es cero estable. 

¿Qué creen que hubiera sido de nosotros si nos hubiera tocado una pandemia de este tipo cuando el internet y las redes sociales eran una idea futurista? Y ¿cómo creen que tomen los niños el volver a usar los libros y las libretas cuando esto se acabe?  

Yo espero que pronto pase este mal momento y los niños regresen a los libros porque desconfió de que estén guardando verdadero conocimiento en sus lindas y angelicales cabecitas o dispositivos. 

angelica.lobato@criteriodiario.com