La generación del 68: 2 de octubre no se olvida

Criterios Pablo Aréchiga Fernández

“Para finales de la década de los sesentas, esta segunda cara (del régimen): la represiva, estaba por asomarse (…) Ningún episodio de nuestra historia moderna muestra con más claridad y dramatismo los excesos y deformaciones del autoritarismo del sistema político mexicano que la violenta represión al movimiento estudiantíl de 1968, se trató de 140 días que conmovieron a México”

José Woldenberg

Muchas de las libertades que hoy tenemos, se las debemos a la generación del 68 que salió a las calles a exigir nuestros derechos, a personas que se manifestaron y en algunos casos dieron la vida o se arriesgaron en agrupaciones políticas, sindicatos o en la guerrilla para que hoy tengamos espacios de participación social y política y libre expresión. 

1968 fue un punto de inflexión social, político y económico en todo el mundo occidental. Fue un año que detonó diversos movimientos sociales y políticos en el mundo protagonizados generalmente por jóvenes que pertenecían a los sectores más educados y con exigencias de libertad, participación y modelos económicos más equitativos que para ese momento y que, en la lógica de la guerra fría, fueron interpretados en buena medida por los respectivos gobiernos como grupos de presión motivados o impulsados por ideas comunistas. 

Sin embargo, reflejaron más bien el agotamiento de sistemas políticos y discursos  que no encontraron eco en las nuevas generaciones, por ejemplo en Estados Unidos, los hijos de muchos de quienes voluntariamente y con un alto sentido de nacionalismo pelearon la 2da guerra mundial, salieron a las calles para protestar contra la guerra de Vietman. 

Todos los movimientos sociales del 68, tarde o temprano fueron decisivos para la libertad y la apertura democrática en sus países. El Mayo francés provocó el aceleramiento del proceso electoral, la salida del presidente y reformas laborales y políticas relevantes que tambalearon a la Quinta República Francesa; la Primavera de Praga generó la división política del país y una ola de resistencias pacíficas ante una invasión extranjera; los movimientos por la igualdad de los afroamericanos, destacando de Martin Luther King Jr., que para el 68 ya había tenido victorias muy relevantes en materia de derechos civiles, visibilizaron la política exterior estadounidense basada en la intervención y el capitalismo salvaje; en México, con un costo altísimo, el movimiento estudiantil dio libertad, creó ciudadanía, abrió espacios para la inclusión de más sectores en lo público y modificó de modo irreversible el sistema político mexicano. 

No vamos a olvidar el 2 de octubre. Hemos hecho miles de investigaciones, canciones, poemas, playeras, marchas; en 1968 se formaron políticos aún vigentes; se crearon organizaciones, sindicatos, guerrillas; monumentos, calles, plazas; símbolos de libertad y resistencia. Pese a ello, no sabemos qué pasó realmente, los culpables van naturalmente envejeciendo y muriendo y no sabemos con certeza ni el número de muertos, detenidos o desaparecidos, no sabemos quién lanzó las bengalas ni quién dirigía al Batallón Olimpia. Nos quedaremos siempre con la escalofriante pregunta: ¿Quién dio la orden?  y con la frustración de que no haya pagado su culpa. 

Para muchos las preguntas no son relevantes, posiblemente los familiares de los muertos se hayan resignado, muerto o cansado de buscar; sin embargo hay que tener presente la deuda histórica con la generación del 68, en serio gracias a quienes dieron todo para que podamos tener la libertad de pensar, de decir, de hacer y de ser.  

@pabloarechiga