El Juicio de Paris

Criterios Laura Góngora

“In Vino Veritas” 

“En el vino está la verdad”

(Plinio el Viejo)

Romper paradigmas es cambiar lo que puede y debe ser cambiado. No vengo a contarles alguna historia de la mitología griega, vengo a platicarles sobre el importante acontecimiento con el que Francia se vio obligada a evolucionar. 

Los franceses han sido desde siempre los grandes maestros del vino, un país con riqueza vitivinícola incalculable, sin duda los vinos más famosos y caros tienen su origen en estas tierras del viejo continente, pero ¿son realmente los mejores vinos del mundo? Un refrán que siempre me decían de pequeña cuando tiraba alguna mentira era, crea fama y échate a dormir, este no se refiere necesariamente a cosas negativas, aunque por lo regular para eso lo emplean nuestras madres. Si lo vemos desde una perspectiva más positiva, cuando algo o alguien ha hecho muy bien las cosas por un tiempo razonable quizá piensen que puede darse el lujo de dormirse en sus laureles y ciertamente podrán hacerlo por un rato, hasta que sus grandes acciones sean rebasadas por alguien más. Es por esto que mercadólogos, coachings y libros de superación personal siempre nos aconsejan mantenernos en movimiento, creando, innovando y evolucionando. 

Francia, un país que, por muchos años, incluso siglos fue creador del mejor vino del mundo y gracias a estos esfuerzos fueron tan reconocidos que incluso en la actualidad la mayoría de las personas amantes de los vinos alaban los vinos franceses, la mayor cantidad de cepas que hoy en día conocemos provienen de ahí, en fin, Francia es y será Francia ¿quién podría competir con ellos?

Cuando la ventaja es tan grande y cuentas con ese excelente posicionamiento, muchas veces los que pudieran aspirar a ser contrincantes se retiran por pensarse inferiores, pero no fue el caso de California, ubicado en lo que llamamos el nuevo mundo, que en términos generales aprendió a hacer vino gracias al viejo mundo (Francia). El Juicio de Paris tiene lugar un 24 de mayo de 1976 gracias a la idea del británico Steven Spurrier, en donde sin miedo al éxito, California se enfrenta al rival más fuerte: Francia. 

El evento sería una cata completamente a ciegas de vinos provenientes de california contra algunos de los mejores vinos de Francia, este dato no lo sabían los jueces de dicho acontecimiento y lo conocerían hasta que el evento diera inicio. Entre lo invitados al evento figuraban enólogos, sommeliers y chefs franceses con gran reconocimiento internacional. 

Así la cata dio inicio y algunas de las distinguidas personalidades adelantaron el final de dicha competencia descatalogando vinos que a su juicio eran californianos y aplaudiendo aquellos que sus ojos ciegos juraban franceses. 

Se escucharon comentarios a viva voz como “definidamente se trata de un vino californiano, porque no tiene nariz” ó “este vino es sin duda creación de la magnificencia francesa”. Al final de la contienda la verdad radicaría en los vinos y no en los prejuicios. Aquel vino “sin nariz” era en realidad uno de los mejores vinos franceses y la “magnificencia francesa” era más bien Californiana. Los primeros lugares otorgados por jueces franceses fueron para dos vinos californianos, dejando a su país como segundo en esta treta. 

¡Incroyable! Los franceses no podían creerlo, esto es una mentira se repetían, así que no conformes con el resultado, este Juicio de Paris se repitió algunos años después, el resultado también se repitió. En los últimos años este concurso se ha realizado algunas otras veces cambiando de sede y haciendo de este más bien un evento turístico y cultural, pero en todas las ocasiones los vinos californianos han sido fuertemente ovacionados. 

Con estas líneas no quiero decir que California sea mejor que Francia, mucho menos que sea el mejor de todos, solo quiero hacer notar que el vino no es algo estático, que la evolución de una región en conocimiento, tecnología y vanguardia pueden colocarlos en la historia. Francia nunca dejará de ser importante para la historia del vino, siempre serán los maestros, pero eso no significa que siempre serán los mejores. 

Démosles oportunidad a todos los países productores de vino, probemos vino, valorémoslo y aplaudamos aquellos que lo merecen tengan el origen que tengan.

laura.gongora@criteriodiario.com

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