En una de las primeras ediciones de esta columna, hablaba sobre los primeros acercamientos que tuve a través de la televisión con la ópera. Hoy quiero hablar y celebrar una de las películas que me acercó a la música clásica mientras crecía.
Y es “Fantasía” de Walt Disney, que acaba de cumplir 80 años la película que recuerdo con más afecto mientras crecía. Mi hermano y yo siempre estábamos pegados a la tele desde que comenzaba, cada uno tenía una parte favorita de la misma que repetía una y otra vez.
La de él era la “Danza China” interpretada por un simpático hongo de nombre Hop-Low, el cual siempre se quedaba un paso atrás a comparación del resto de los hongos con quien bailaba (es un segmeto que dura poco más de un minuto, lo cual era muy molesto porque apenas terminaba el mismo y el dedo de mi hermano ya estaba en el botón de regreso, para ver nuevamente a los hongos que bailaban). Mi parte favorita era la “Danza de las Horas”, donde podíamos ver a una coqueta “Madame Upanova”: la maestra avestruz que guíaba a un grupo de avestruces con zapatillas de ballet, a una magnífica hipopótama de nombre “Hyacinth”, a la graciosa “Elephancine” una elefante que juega con burbujas y claro el galante “Príncipe Ben Ali Gator”, un galante caimán que trataba de ganar el amor de “Hyacinth”. Claro, ambos disfrutábamos el ver como Mickey Mouse aprendía magia e inundaba su hogar y nos gustaba cuando “Chernabog” despertaba de la montaña y llamaba a todas las almas a disfrutar de la noche. Jamás terminábamos la película ya que en cuanto comenzaba el “Ave María” deteníamos la película y la rebobinábamos.
Siendo así, Fantasía, una película de 1940 entretenía a dos niños en los 90’s, educándolos en aspectos musicales, en aspectos visuales, acercándolos mediante piezas como la “Suite del Cascanueces”, la “Sinfonía Pastoral”, la “Noche en la Montaña”; justamente la meta de Disney al conceptualizar esta película era el que fuera un trabajo que pudiera disfrutarse por muchos años, el mismo que pudiera actualizarse e incluírsele nuevos números, a lo cual surgiría Fantasía 2000, unos 60 años después del lanzamiento de la original.
Claro que como muchas de las primeras películas de la casa Disney, Fantasía no está excenta del escándalo y este se encuentra en la “Sinfonía Pastoral”, en el cuál la versión original incluían centauros con rasgos africanos exagerados, grandes labios, cabello exagerado para la época, grandes arracadas y cuerpo de burro (cuando los demás centauros tenían elegantes cuerpos de caballo), antes de que llegará esta época en donde día a día los temas raciales son tocados con más delicadeza y donde diario nos esforzamos por aprender a ser mejores, en la re-edición de la película del año 2010, la casa productora decidió editar a los personajes que estereotipaban a las personas de color en esta película, removiendolos de la sinfonía. El clip que puede ser encontrado en internet sí demuestra personajes que estaban añadidos a esta sinfonía, con el solo propósito de ser un chiste que mantuviera a los espectadores más jóvenes o menos cultos, enganchados en la trama que sigue el romance de los centauros, sin duda una decisión de la época que no envejeció de manera apropiada. Y aunque se decidió eliminar a estos personajes de la re edición, el segmento pastoral propone muchísimo de que hablar, por el significado tan profundo que tiene.
Enseña a los centauros encontrando a la pareja del mismo color que ellos y a dos centauras exóticas que tienen cuerpo de zebra que alimentan al Dios Baco en la forma que los esclavos hicieron a los reyes durante años. Así que si tiene muchos elementos que nos dejan con un sabor incómodo.
Quizás de niños no los notamos, pero están ahí.
Aún así, es sin duda una gran joya de la animación, ¿En qué otro lugar podemos ver una película con dinosaurios, magia, animales que bailan y flores que cobran vida? Sin duda vale la pena regresar a ver una vez más la cinta, para disfrutar la maravillosa animación y la magnífica dirección de orquesta de Leopold Stokowski, quien en los 40’s era una de las estrellas en dirección de música clásica.
jaime.aguilar@criteriodiario.com