“De vuelta al cabaret”

Aldo Obregón Criterios

La historia del teatro cabaret en nuestro país es extensa y toca todos los pilares que sostienen nuestra cultura popular. Muchos de los íconos de la pantalla nacional, grande y chica, nacieron en la carpa o en el teatro de variedades, haciendo mofa del poderoso y estirando los límites de la tolerancia social ante temas de sexualidad, política, idiosincrasia e identidad popular. Esperanza Iris, Tin Tan y Cantinflas encabezan la lista de los más conocidos, pero el cabaret en México nos ha regalado personajes aún vigentes y ahora mismo, cocina otros tantos que seguramente terminarán por incorporarse a nuestra dieta cómica regular. 

El Cabaret se burla del poderoso, enfrenta las contradicciones propias del ser humano y las matiza con humor y desfachatez, desprendiendo a toda persona de sus disfraces y máscaras a través de la exageración que sólo sobre el escenario del teatro se puede soportar. 

El público es un ingrediente clave en el desarrollo de una puesta cabaretera y prescindir de el es arrebatarle su forma y fondo. No sólo es vital la respuesta ingeniosa de algún presente o la risa escandalosa cuando el chiste “cae”, o el calor de los tragos o el mágico ritual del boleto y el acomodo; también lo son la complicidad y la energía que resulta del choque de uno mismo contra el espejo. No hay ejercicio más catártico y maravilloso que enfrentarse a la caricatura propia que te habla y, con una sonrisa burlona, dice “Sí somos, ¿o no?”. 

Las redes sociales y la interacción virtual abrieron nuevas puertas a la experiencia cabaretera. El poder desarrollar un personaje al punto de crear una identidad virtual completa para terminar de modelarlo o la capacidad de llevar el lenguaje cabaretero a memes y chistes gráficos, cayó como anillo al dedo a la máquina satírica que acostumbra a jugar con el poder. Sin embargo, no todas las herramientas digitales resultan atractivas o útiles a primera vista y uno de los géneros teatrales que más se resistió al experimento de la función virtual, ahora socorrido más por necesidad que por gusto, fue precisamente el Cabaret. La antes mencionada importancia del público y la imposibilidad de aprovechar las dificultades técnicas propias de las plataformas digitales a su favor, como suele suceder en el teatro real, son dos de los elementos inconvenientes que saltan a la vista y me parece lógico que el Cabaret haya tardado un poco más que otros estilos dramáticos en aparecer en las internáuticas pantallas. 

Mis siempre amados “Talavera Cabaret” sortearon el arrecife de la mejor manera y lograron lo imposible: traducir la experiencia que regalan en el teatro presencial a una función en línea por medio de la plataforma “Zoom”.  

Dividida en dos entregas no seriadas, la obra “En México y el mundo la pandemia es Coronavirus” se arriesga no sólo a hacer cabaret en línea, además, suma a la fórmula elementos interesantes como la reinterpretación de un par de conocidas tragedias griegas, escenas con títeres y la aparición estelar de personajes originales de obras pasadas de la misma compañía. Es impresionante cómo el humor mas evidente, lo sutil y lo caótico que caracteriza a los “Talavera” logra atravesar el vacío y cumple su cometido sin sentirse calzado a fuerza o “adaptado” de último minuto. 

Consumir arte en línea no es fácil, tanto por razones económicas como por el instinto que nos obliga a mantener nuestras reservas ante lo nuevo, pero encontrarse con espectáculos como este, concebidos desde su origen como algo novedoso y a pesar de las complicaciones, me hacen reafirmar que este nuevo lenguaje llegó para quedarse y que pronto encontraremos alguna otra manera de llamarlo que no sea “teatro virtual” y que deje claro su carácter único, con sus ventajas y deficiencias. Hay calidad, hay aprovechamiento de los recursos y mucho cuidado para que lo esencial no se pierda en el camino, además del ingenio habitual del actor experimentado y la desfachatez necesaria para remendar la media mientras se va caminando. Definitivamente vale la pena invertir tiempo y dinero como público. 

Interactuando con la audiencia, aprovechando las herramientas digitales y sin miedo a lo ridículo que de por sí es el hacer teatro en línea desde espacios insospechados, Talavera Cabaret muestra y demuestra por qué es una de las compañías teatrales más exitosas de nuestra ciudad, ¡atentos a sus redes y a la cartelera poblana! 

Porque ante el dolor: cabaret 

Ante la tragedia: cabaret 

Ante la injusticia: cabaret 

Ante la pandemia: pus cabaret… ya qué… 

@aldoobregon